El sistema de tránsito rápido de Irán es operado por una subsidiaria de su Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC, por sus siglas en inglés). Según funcionarios estadounidenses, el sistema se utilizó para el transporte encubierto de equipo militar.
Este es solo un ejemplo del firme control del IRGC sobre el sistema de transporte de la República Islámica.
Según informes extranjeros, Israel e Irán han estado involucrados en una guerra cibernética desde marzo de 2020, y cada lado compite por sabotear la infraestructura del otro
Por lo tanto, los ciberataques que informó el Ministerio de Transporte de Irán durante el fin de semana no sólo fueron un acto de guerra destinado a dañar la infraestructura militar y económica del IRGC, sino también un acto simbólico contra el régimen de Teherán.
Según los informes, el presunto ataque no provocó que ningún tren se estrellara o descarrilara.
Los servicios de trenes se habían interrumpido y los piratas informáticos publicaron avisos de retraso falsos en los paneles de las estaciones.
Los astutos hackers incluso dejaron un número de emergencia para que los pasajeros llamen y reporten accidentes. Resultó pertenecer al líder supremo de Irán, Ali Jamenei. Se trató de un acto diseñado para enviar un mensaje de que los iraníes son muy vulnerables.
Se estima que pronto se llevará a cabo una respuesta iraní contra los “sospechosos habituales”
La lista de atacantes potenciales se extiende por kilómetros, desde países hasta grupos de oposición e incluso piratas informáticos privados.
Según informes extranjeros, Israel e Irán han estado involucrados en una guerra cibernética desde marzo de 2020, y cada lado compite por sabotear la infraestructura del otro.
Hasta entonces, los ciberataques de Irán contra Israel se centraron principalmente en la recopilación de inteligencia.
En 2019, lograron piratear el suministro de agua de Israel, junto con varias empresas privadas, y continuaron llevando a cabo de manera persistente ataques contra los sistemas financieros y la infraestructura nacional del país.
En respuesta, según los informes, Israel cerró el principal puerto marítimo iraní Shahid Rajaee en la ciudad de Bandar Abbas.
Los ciberataques a gran escala son otro elemento de la guerra fría encubierta entre las dos naciones.
Israel, por su parte, mantiene una campaña global para frustrar cualquier ataque iraní a sus activos en el extranjero, el último de los cuales, según se informa, ocurrió el viernes, cuando las autoridades belgas arrestaron a una mujer sospechosa de participar en un complot iraní para recopilar inteligencia sobre objetivos israelíes en el aeropuerto de Bruselas.
La semana pasada, las milicias respaldadas por Irán lanzaron cuatro ataques con cohetes y aviones no tripulados contra objetivos estadounidenses en Irak, incluida la embajada en Bagdad.
Estos golpes de ojo por ojo se producen en medio de conversaciones rigurosas para revivir el acuerdo nuclear con Irán de 2015.
Se estima que pronto se llevará a cabo una respuesta iraní contra los “sospechosos habituales”.
Irán ya ha demostrado su capacidad para aplicar ingeniería inversa a las armas utilizadas en su contra. Posteriormente, Teherán utilizó un virus informático atribuido a Israel para destruir vastas partes de los sistemas cibernéticos de la empresa de energía saudita Aramco.
¿Cómo tomará Irán las próximas represalias? Sólo el tiempo dirá.