Las Fuerzas de Defensas de Israel informaron que la "Operación Hogar y Jardín" en el campo de refugiados de Jenín fue un éxito. A pesar de combatir en la zona más densamente poblada y peligrosa de Cisjordania, los soldados consiguieron completar la operación sin causar bajas entre los palestinos no implicados, un aspecto crucial que otorgó una amplia legitimidad.
Desde principios de año, aproximadamente once palestinos no implicados en el terrorismo murieron por disparos de las FDI en Cisjordania, junto con 160 terroristas abatidos. Esta proporción se considera un éxito, teniendo en cuenta la complejidad de los cientos de operaciones llevadas a cabo por los soldados y los numerosos casos de disturbios violentos.
En este sentido, la operación de esta semana en Jenín fue aún más exitosa de lo que acostumbran. De los 12 terroristas que murieron y los 20 que resultaron gravemente heridos, según las FDI, ninguno de ellos era un civil no implicado, y todos llevaban armas o explosivos. Por eso, no hubo presiones sobre Israel para que pusiera fin a la operación, y las condenas fueron relativamente suaves, incluso las que llegaron de Turquía, Jordania y Emiratos Árabes Unidos. Fuentes oficiales de Washington incluso expresaron su apoyo y lo que es más importante, las facciones palestinas, incluso en Gaza, permanecieron indiferentes.
Las FDI atribuyen este éxito a varios factores, uno de los cuales es el alto nivel de conducta profesional entre los soldados que fueron elegidos para llevar a cabo la misión, muchos de los cuales procedían de comandos o unidades especializadas como Maglan, Duvdevan y Egoz. Junto a ellos había soldados de la Brigada Paracaidista y de la Brigada Kfir, que estaban familiarizados con el campo de refugiados debido a anteriores actividades.
Los experimentados soldados, entre los que se encontraba David Yehuda Yitzhak, que murió durante la retirada de las tropas de Jenín, recibieron instrucciones de operar con precisión.
"Les pedimos que trabajaran estrictamente de acuerdo con la misión, teniendo en cuenta el objetivo, y que dañar a civiles no implicados no es ético y no contribuye a la misión", declaró un alto cargo militar a Ynet.
Para la operación, oficiales de la División de Judea y Samaria coordinaron cuidadosamente cada uno de los más de 15 ataques aéreos llevados a cabo por aviones teledirigidos. Estas células aéreas permanecerán activas en los próximos días a la espera de nuevos acontecimientos.
Además de estas impresionantes capacidades, se utilizaron tecnologías avanzadas de marcado e identificación, en particular la activación de drones que se extendieron por todos los rincones del campo de refugiados, verificando zonas seguras y abiertas para el paso de las fuerzas, así como ayudando a diferenciar entre terroristas armados y civiles no implicados.
Las fuerzas no identificaron ningún caso en el que los civiles entraran en la línea de fuego, dado que la mayoría de ellos se escondieron en sus casas o huyeron, al igual que los terroristas.
"No queríamos 200 terroristas muertos porque la operación tenía como objetivo importantes infraestructuras terroristas que identificamos y destruimos", señaló el oficial de las FDI
Paralelamente a los esfuerzos tácticos en Jenín, se lanzó una campaña separada en el frente global, destinada a garantizar la legitimidad internacional. Las FDI trabajaron activamente para equilibrar la cobertura mediática internacional manteniendo una comunicación constante con periodistas de todo el mundo, proporcionando información precisa y desacreditando las publicaciones falsas.
Por ejemplo, cuando se afirmó inicialmente que las FDI habían bombardeado el edificio del teatro de Jenín y causado víctimas entre civiles no implicados, los portavoces de las FDI enviaron inmediatamente un avión no tripulado al teatro y transmitieron imágenes en directo a los medios de comunicación extranjeros, demostrando que no había sufrido daños.