Este lunes, aviones israelíes llevaron a cabo ataques contra objetivos militares pertenecientes al régimen de Bashar al-Assad y sus aliados, según informó el grupo de vigilancia del Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Los ataques provocaron daños materiales, pero no se registraron víctimas.
El bombardeo se produjo después de varios ataques contra objetivos asociados con el régimen sirio en las últimas semanas, de los que se ha culpado a Israel. Quizás lo más notable fue la muerte de un funcionario sirio la semana pasada, también atribuida a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Midhat Saleh, exmiembro del parlamento sirio y jefe de la Oficina de Asuntos de los Altos del Golán, fue asesinado a tiros por un francotirador israelí el 16 de octubre en una aldea cercana a la frontera con Israel. La agencia de noticias estatal siria SANA culpó a Israel por la muerte del funcionario. No obstante, las Fuerzas de Defensa de Israel, como de costumbre en este tipo de situaciones, no se pronunciaron al respecto.
Ahora bien, la particularidad de estos últimos ataques fue que Rusia, un aliado cercano a Damasco que tiene presencia militar en el país, ha ignorado los supuestos ataques israelíes contra objetivos del régimen. Y es más, el viernes pasado, con estos bombardeos como telón de fondo, el primer ministro Naftali Bennett se reunió con el presidente ruso Vladimir Putin en Sochi.
El ministro de Vivienda y Construcción, Zeev Elkin, quien estuvo presente en el encuentro, como lo ha estado en todos los que se han producido entre los líderes israelíes y Putin en la última década, dijo que la reunión fue excepcionalmente cálida. Según Elkin, los dos líderes acordaron una continuidad de la política de Israel hacia Siria, incluidos sus ataques aéreos contra objetivos en el país.
Zvi Magen, exembajador de Israel en Moscú e investigador principal del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional en Tel Aviv, dijo que "Irán se está preparando para (...) un choque con Israel, construyendo infraestructura y armando a Hezbollah, por lo que las FDI están actuando en ese sentido".
Dos acontecimientos recientes hacen comprensible el apoyo silencioso de Rusia a los supuestos ataques de Israel contra el ejército y los funcionarios de Assad, cree Magen. "Últimamente, ha habido cierta tensión porque a Irán le gustaría expulsar a los demás países que tienen presencia en Siria (Rusia y Turquía) y quedarse solo para apoderarse del país", opinó.
Magen también explica que se está haciendo un esfuerzo mayor para llegar a un acuerdo en Siria que permita al país devastado por la guerra comenzar a reconstruirse. Este esfuerzo, en el que Israel podría ser un socio, ha sido alentado no solo por los rusos, sino también por Estados Unidos y partes del mundo árabe. “Esto requiere la expulsión de las fuerzas extranjeras de Siria”, explicó Magen, y los esfuerzos iraníes por atrincherarse en el país están en directa contradicción.
Por otra parte, los ataques israelíes contra Assad son posiblemente convenientes para Rusia no solo porque reducen la codicia iraní a expensas de sus supuestos socios en la estabilización de Siria, sino también porque sientan las bases para un futuro asentamiento para el país.