El líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, está fuera de contacto y no hay forma de aceptar sus determinaciones y decisiones sobre varios temas relacionados con las negociaciones con Israel. Esto es lo que dice una fuente familiarizada con las relaciones entre los altos funcionarios de Hamás con sede en Doha y los altos funcionarios de la organización terrorista en la Franja de Gaza. La persona de más alto rango con la que los líderes de Hamás en Catar estuvieron en contacto fue el jefe del ala militar de Hamás, Mohammed Deif, cuyo paradero aún se desconoce tras el intento de asesinato del sábado.
Deif era, de hecho, la persona de más alto rango en Gaza en contacto con los líderes en el exilio, y él, con el conocimiento o no de Sinwar, comunicaba a los líderes de Doha las decisiones, preguntas y aclaraciones sobre las discusiones sobre el borrador del acuerdo de rehenes y el alto el fuego.
En la situación actual, según la fuente, no está claro cómo se llevará a cabo la relación entre los líderes de la oficina política con sede en Catar y los líderes en Gaza, y quién tomará las decisiones. "Después de todo, al final del día, no importa lo que digan los funcionarios en Doha", explica la fuente. "Porque pueden tomar decisiones, firmar acuerdos y compromisos con Israel, pero eso no cambiará nada sobre la liberación de los rehenes que están bajo el control de Sinwar, Deif y el ala militar", agregó.
La operación de asesinato del jefe del ala militar de Hamás se define como una operación que aún requiere una evaluación final de los daños en combate, pero según cuatro fuentes militares y de inteligencia de alto rango, quedan pocas dudas sobre la muerte de Deif después de confirmar el asesinato de su mano derecha, el comandante de la brigada Khan Yunis, Rafa Salameh.
La identificación de Deif y la recopilación de información de inteligencia para la operación estuvieron en manos de varios elementos de la comunidad de inteligencia, que se realizaron en cooperación. Se llevaron a cabo en una unidad que operaba dentro de la sala de operaciones de la Dirección de Operaciones de la ISA, que incluye una unidad de Inteligencia Militar con representantes de la Unidad 8200, la Dirección de Operaciones Especiales, la Unidad 504, la Dirección de POW/MIA, las unidades contractuales y algunas otras.
La información recabada sugería que Deif podría ir a visitar el complejo, y durante mucho tiempo esperaron su encuentro con su subordinado y buen amigo, Salameh. Las aprobaciones para la operación se hicieron bajo la restricción de alcanzar un cierto número y tipo de verificaciones cruzadas y confirmaciones de que, efectivamente, también estaría Deif y no sólo Salameh, que era considerado un objetivo muy buscado y uno de los tres comandantes de brigada que aún estaban vivos. En Israel, se decidió esperar hasta que todo estuviera claro.
Diversas fuentes indican que desde el momento en que Deif llegó al recinto el viernes por la tarde, se emplearon todas las medidas para verificar que efectivamente se trataba de él. Tan pronto como comenzaron a surgir más y más señales, hacia el viernes por la noche, la cadena de aprobaciones para el asesinato comenzó a tener lugar en los niveles más altos: con el jefe del Shin Bet, Ronen Bar; el jefe de Inteligencia Militar, Aharon Haliwa; el jefe del Estado Mayor de las FDI, Herzi Halevi; el ministro de Defensa, Yoav Galant, y finalmente, en las primeras horas de la noche entre el viernes y el sábado, también con el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Por lo tanto, el intento de Israel de asesinar al líder militar de Hamas se produjo después de semanas de vigilancia del complejo de la familia Salameh. La zona donde se produjo el ataque se encuentra al oeste de Khan Younis, en el sur de Gaza. Esta villa está rodeada de palmeras, cerca de la playa. El escondite pertenecía a la familia de Salameh. Después de que las fuerzas de las FDI se apoderaron de muchos de los otros bastiones de Hamás en Khan Younis, por encima y por debajo del suelo, el comandante de la brigada de Khan Younis permaneció allí durante un tiempo considerable, posiblemente con su familia, para escapar de las condiciones sofocantes en los túneles.
"Estamos convencidos de que hemos logrado localizar a Deif, que llegó al complejo registrado a nombre de la familia Salameh y es propiedad de ella", dijo una fuente de seguridad de alto rango a The New York Times. "Y estamos convencidos de que sabíamos dónde estaba Deif, cerca de Salameh, hasta muy poco tiempo antes de que las bombas cayeran sobre ambos. Nuestro control de inteligencia sobre el incidente, la verificación de que efectivamente fueron ambos, y el volumen del bombardeo del complejo donde se alojaban, indican que no hay posibilidad de que ninguno de ellos haya logrado escapar con vida del incidente", dijo la fuente.
Deif, que ha sufrido durante años varios problemas de salud causados por los intentos de asesinato anteriores de los que sobrevivió, se considera que "realmente odia estar bajo tierra" y prefiere pasar más tiempo en la superficie. Eso es según una fuente de inteligencia israelí que pasó muchos años monitoreándolo.
En Israel, estaban seguros de que las posibilidades de que hubiera secuestrados junto a Deif eran nulas o al menos escasas por varias razones: en primer lugar, Deif era un invitado en el complejo, y era poco probable que "arrastrara" un rastro de secuestrados detrás de él. En segundo lugar, la presencia de secuestrados o de un grupo de personas, especialmente si caminan juntos por la fuerza, podría haber sido vista por la vigilancia israelí como algo extraño y podría haber llamado la atención.
El encuentro en el recinto vallado, el escaso peligro de daño a los secuestrados, la relativa distancia de los civiles y la capacidad de prepararse bien y esperarlo –ya que se estimaba que llegaría tarde o temprano al recinto– hicieron del lugar un escenario muy conveniente para la operación.
