Las primeras indicaciones de inteligencia de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) de las FDI sobre los extensos preparativos de Hezbolá para un ataque contra Israel, incluido el centro del país, evitaron daños potencialmente graves y la posibilidad de bajas significativas durante el ataque del grupo terrorista el domingo.
La advertencia, emitida después de la información de las agencias de inteligencia israelíes, permitió a las FDI llevar a cabo un ataque preventivo contra miles de lanzacohetes de varios tipos en el Líbano que estaban destinados a atacar sitios militares estratégicos en el centro de Israel, incluida la región de Gush Dan. Después de esto, las FDI interceptaron aviones no tripulados que se dirigían desde el Líbano al sur de Israel, con la intención de atacar objetivos en el centro de Israel.
Aún no ha habido confirmación de informes que digan que Hezbolá tenía la intención de atacar las pistas del aeropuerto Ben Gurion, pero informes extranjeros sugieren que éste era uno de los objetivos del grupo terrorista, junto con algunas otras bases de las FDI en la región central.
En cualquier caso, el ataque preventivo de las FDI interrumpió los planes de Hezbolá de lanzar un ataque combinado con cohetes y aviones no tripulados en el día sagrado chií de Arbaeen, que conmemora el martirio del Imán Hussein en la Batalla de Karbala.
Este evento en el mundo chiíta es comparable al de Tisha B'Av en el judaísmo, y Hezbolá probablemente tenía como objetivo llevar a cabo su ataque en este día para lograr la sorpresa, asumiendo que Israel no esperaría un ataque en un día sagrado chiíta que interrumpiría la festividad para la mayoría de la población chiíta del Líbano.
Hezbolá necesitaba reposicionar sus lanzamisiles y cohetes de manera que avanzaran hacia el sur del Líbano para acortar el tiempo de advertencia de Israel durante un ataque de este tipo y para atacar objetivos en la parte central del país con cohetes más pesados que los que normalmente se estacionan en el sur del Líbano.
Hezbolá se estaba preparando para un ataque combinado de cohetes y aviones no tripulados, y el ataque preventivo de las FDI no sólo destruyó estos activos, sino que también interrumpió el cronograma del ataque. Un ataque coordinado de cohetes y aviones no tripulados requiere una sincronización precisa entre los aviones no tripulados que se mueven más lentamente y los cohetes balísticos más rápidos.
Objetivos de Hezbolá
En general, parece que Hezbolá tenía la intención de operar principalmente en el norte para evitar desencadenar una guerra regional que podría haber estallado si hubiera lanzado un ataque generalizado en la región central. Sin embargo, la organización terrorista intentó mantener la ecuación establecida por su líder, Hassan Nasrallah, de que un ataque contra Beirut –donde Israel eliminó recientemente a Fu'ad Shukr, jefe de gabinete de Hezbolá– llevaría a una respuesta en Tel Aviv.
Sin embargo, según los informes, el número de objetivos elegidos en la región central fue limitado e incluyó solo objetivos militares, lo que refleja la clara intención de Hezbolá, probablemente influenciada por las demandas iraníes, de evitar una guerra a gran escala.
Otro dato interesante es que Hezbolá abrió fuego sólo desde el sur del Líbano, incluida la zona entre el río Litani y el río Awali, con la clara intención –probablemente siguiendo nuevamente las demandas iraníes– de que Israel en su respuesta evitaría atacar las regiones de Beirut y Baalbek, donde se encuentran los misiles pesados de Hezbolá como el Fateh-110 y el Zelzal.
Los iraníes habrían tratado de evitar que Hezbolá utilice y arriesgue estos sistemas de misiles pesados y precisos, que serían necesarios si Israel atacara las instalaciones nucleares de Irán.
Parece que después de extensas discusiones y desacuerdos, los funcionarios de Teherán y Hezbolá decidieron actuar por separado, cada uno de acuerdo con sus capacidades y cálculos estratégicos. Los iraníes están particularmente preocupados por la presencia de grandes fuerzas navales y aéreas estadounidenses en la región y, como resultado, están recalculando su curso de acción para evitar la confrontación con tales fuerzas.
Mientras tanto, Hezbolá decidió un ataque de represalia basado en miles de lanzamientos planificados en lugar de un ataque masivo y de alta calidad en la región central. Sólo unos pocos objetivos fueron designados en el centro de Israel, principalmente para mantener el dogma: Beirut = Tel Aviv.
¿Qué viene después?
El estado de la escalada actual sigue sin estar claro. Hezbolá afirmó que los lanzamientos de la mañana fueron sólo la primera fase de su ataque y que golpeó 11 objetivos en el norte con aproximadamente 320 lanzamientos.
Los daños en el norte no fueron graves, y en esta etapa inicial, según la organización terrorista, ningún israelí murió por fuego de Hezbolá. Se informó de algunos heridos debido a los escombros de la interceptación que cayeron en el territorio israelí y en el mar.
Los próximos pasos serán determinados por el Gabinete de Seguridad, teniendo en cuenta que las negociaciones en curso para un acuerdo de rehenes son actualmente la prioridad de Israel. Otro factor crucial es la inequívoca exigencia estadounidense de que Israel evite cualquier acción que pueda desencadenar una guerra regional. La administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no quiere involucrarse en un conflicto que podría requerir ataques contra Irán y conducir a una guerra prolongada tan cerca de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Estas dos consideraciones son críticas. Para aliviar las preocupaciones estadounidenses, Washington fue notificado con mucha antelación de que Israel tenía la intención de llevar a cabo un ataque preventivo para frustrar el ataque de Hezbolá. En consecuencia, las declaraciones de la Casa Blanca estuvieron en línea con esto, expresando principalmente su apoyo a Israel y su derecho a defenderse.
Los estadounidenses no han renunciado a un acuerdo de liberación de rehenes, que creen que también debería conducir a un alto el fuego en el sur. Israel tiene la intención de cooperar plenamente en este asunto, no sólo porque los estadounidenses lo exigen, sino también porque traer a los rehenes a casa y luego concentrarse en la situación en el norte es uno de los principales intereses israelíes.
Sin embargo, las posibilidades de un avance significativo en las conversaciones son escasas, ya que Hamas anunció el sábado que rechaza las propuestas de Israel con respecto al Corredor de Filadelfia y no prevé un acuerdo a corto plazo.
Las posibilidades de un avance significativo en las conversaciones son escasas, ya que Hamas anunció el sábado que rechaza las propuestas de Israel con respecto al Corredor de Filadelfia.
Si bien la decisión de actuar de Hezbolá parece una respuesta a la declaración de que las negociaciones sobre el acuerdo de rehenes habían llegado a un callejón sin salida, esto no es seguro ya que Hezbolá opera principalmente en base a sus propias consideraciones.
Poner fin a la guerra de desgaste
Las negociaciones para un acuerdo sobre los rehenes continuarán, pero es probable que el líder de Hamas, Yahya Sinwar, aún tenga esperanzas de una guerra regional que lo alivie de la presión militar que las FDI están ejerciendo actualmente en Gaza.
Hasta que renuncie a esta esperanza, es poco probable que llegue a un acuerdo. Sin embargo, si Israel actúa con decisión en los próximos días y Sinwar ve que Hezbolá ha concluido lo que llama su "ataque de venganza" contra Israel, podrían reanudarse las discusiones efectivas sobre un acuerdo de liberación de rehenes y un alto el fuego. En cualquier caso, un acuerdo no se producirá hasta dentro de varias semanas.
Mientras tanto, Israel se está preparando para la posibilidad de que Hezbolá intente compensar su fracaso con uno o dos días más de combate. El dilema al que se enfrentan las autoridades es cómo evitar una situación en la que Israel entre en otro período tenso y temeroso de espera de un ataque, que Hezbolá podría ver como la segunda o tercera fase de su "ataque de venganza".
Una opción es que Israel le diga al Líbano que cualquier nuevo intento de lanzar un ataque de represalia contra él desencadenará automáticamente una guerra a gran escala de Israel contra el Líbano. Por supuesto, tal declaración tendría que ser coordinada con los Estados Unidos y, lo que es más importante, el gobierno debe estar preparado para respaldar tales declaraciones diplomáticas con acciones.
En cualquier caso, Israel no debe permitir que Hezbolá lo mantenga en un estado de preparación e incertidumbre como lo ha hecho en las últimas semanas y a un plazo un poco más largo: hay que poner fin a la situación en la que el norte está sometido a una guerra de desgaste y a continuos ataques.
