La ira de los cientos de miles de personas que salieron a las calles ayer (domingo) fue espontánea y justa, pero el dolor, la frustración, la ira y la culpa no son un plan de trabajo, y el Estado de Israel debe salir rápidamente de la peligrosa situación en la que se encuentra. No sólo está en juego el destino de los secuestrados, el destino de un país que se encuentra en medio de una guerra interna y externa de desgaste; un desgaste sangriento que podría hacer que el eje chiíta le aseste el golpe final en poco tiempo. Después de la ruptura interna, la huida al exterior y la situación económica lo colapsarán desde adentro. Por lo tanto, es necesario llevar a cabo una corrección aguda del rumbo en cuatro áreas:
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Protesta contra el gobierno y a favor del pronto regreso de los rehenes vía un acuerdo.
(Dana Koppel)
1. Los secuestrados deben ser liberados inmediatamente, al menos los que están vivos.
2. Debemos cambiar la situación en la que el primer ministro Benjamín Netanyahu toma decisiones casi solo, junto a un gabinete que en realidad es un sello de goma y con un equipo de asesores que intentan complacerlo, profundizando así la división entre la gente.
3. Hay que poner fin a la situación actual en el norte.
4. El gobierno debe ser reemplazado porque demuestra a diario que es incapaz de gobernar el país en tiempos de guerra. Los cuerpos políticos que componen la coalición tienen intereses e ideologías que contradicen los objetivos originales del sionismo, y el intento de realizarlos pone en peligro la seguridad física de Israel. De esta manera, la Guerra Espadas de Hierro difiere de cualquier otra guerra librada por el Estado desde su establecimiento. Las ideologías e intereses de Poder Judío y los partidos ultraortodoxos, sobre los que ahora opera el gobierno, no tienen nada que ver con la seguridad nacional en su significado simple y básico: garantizar la existencia física del Estado de Israel.
Estas son las acciones que se pueden y se deben tomar para lograr estos cuatro objetivos vitales:
1. Aceptar el esbozo del acuerdo para liberar a los rehenes y detener la guerra en el sur que la administración Biden-Harris está formulando actualmente en Washington. Esta propuesta es la clave de todo, y por lo tanto debe ser aceptada sin cuestionamientos. Rendirse a Hamás está fuera de discusión si Israel quiere seguir viviendo en esta zona, pero una propuesta estadounidense, incluso si incluye tragar sapos, es una salida aceptable y un salvavidas para los secuestrados que aún están vivos. Es imperativo decidir con los estadounidenses de antemano qué hacer si Hamás se niega a aceptar el esquema escrito, incluido un anuncio público de que los Estados Unidos impedirán cualquier reconstrucción de Gaza y la entrada de cualquier cosa que no sea ayuda humanitaria para salvar vidas, hasta que Hamas responda afirmativamente. Yahya Sinwar es sensible a la situación de la población de Gaza.
Es necesario ponerse de acuerdo con otros aliados sobre quién y cómo controlará Gaza el día después. El candidato natural sería la Autoridad Palestina con el apoyo de Estados Unidos. Al mismo tiempo, las FDI deben cambiar su modus operandi dentro de la Franja de Gaza de manera que no pongan en peligro a más secuestrados. Hay formas de ejercer presión sobre Hamás incluso sin descender físicamente a los túneles donde se sospecha que hay secuestrados.
2. Netanyahu debe iniciar el establecimiento de un gabinete de emergencia para llevar a cabo la guerra que incluirá a representantes de la oposición y tendrá estatus legal. Este paso es necesario para evitar que una persona tome decisiones equivocadas y haga apuestas peligrosas sobre la vida de los secuestrados y la seguridad nacional del Estado de Israel. No tengo la intención de analizar cuáles han sido sus motivos y cuáles han sido sus motivos hasta ahora, pero está bastante claro que Netanyahu, por muy talentoso que sea, ha cometido terribles errores desde la disolución del gabinete de guerra con los ex jefes de gabinete Benny Gantz y Gadi Eisenkot porque actuó solo.
Un grupo de asesores que son sus amigos personales y admiradores no son un sustituto de las opiniones independientes de personas experimentadas que entienden un par de cosas sobre el campo militar. Ahora no hay ninguno, excepto el ministro de Defensa, Yoav Galant, ni en la oficina de Netanyahu ni en el gabinete de seguridad. El establecimiento de un gabinete de gestión de la guerra de emergencia compuesto por miembros experimentados en asuntos de seguridad, que representen tanto al centro como a la izquierda, es esencial no sólo para mejorar los procesos de toma de decisiones en la conducción de la guerra, sino también para unir al pueblo. Necesitamos rehabilitar de alguna manera la falta total de confianza que al menos la mitad de la ciudadanía tiene en este gobierno, de lo contrario también habrá una desintegración en las filas de los soldados de las reservas.
3. El alto el fuego que se anunciará tras la aplicación del esbozo de un acuerdo de rehenes debe ser aprovechado para dar a los mediadores estadounidenses y árabes la oportunidad de llegar a un acuerdo en el norte. No un armisticio a cualquier precio, sino una nueva situación de seguridad en el sur del Líbano aceptable tanto para el gobierno israelí como para los evacuados. Un acuerdo en el norte que no elimine la amenaza de invasión y las armas pesadas de Hezbolá, incluidos misiles antitanque y aviones no tripulados, que es mejor que nunca lleguen.
Por lo tanto, al mismo tiempo, el alto el fuego debe utilizarse para preparar las fuerzas, las reservas y las piezas de repuesto (con la ayuda de los estadounidenses) para la campaña en el Líbano, incluida una maniobra terrestre que imponga un acuerdo aceptable para Hezbolá e Israel. Y si los iraníes intentan intervenir, las fuerzas navales y aéreas estadounidenses en la región ayudarán a Israel a repelerlo. Esto también debe ser acordado de antemano con la administración demócrata, que permanecerá en Washington al menos hasta el 20 de enero de 2025.
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Aviones y portaaviones estadounidenses deben presionar a Irán para evitar que intervenga en el proceso de paz.
(Reuters, de X)
4. Las elecciones deben anunciarse lo antes posible, probablemente en algún momento de diciembre. Esta medida es necesaria para evitar la desintegración interna de Israel y la situación emergente en la que se están formando en el país dos grupos con objetivos diferentes y polares. La unidad de propósito es esencial para ganar una guerra, y es mejor hacerlo a través de un proceso político democrático que empujar a uno de ellos de espaldas a la pared, desde donde puede huir del país o, Dios no lo quiera, recurrir a medios violentos. Si no hay elecciones, hay una alta probabilidad de que nos encontremos en un conflicto interno y, Dios no lo quiera, incluso en una guerra civil.
¿Y si eso no sucede?
Estos son los cuatro objetivos más urgentes que hay que alcanzar en la situación actual, y el pueblo israelí tiene el derecho y la obligación de exigir su aplicación inmediata, incluso si tiene que imponer su voluntad al gobierno.
¿Y qué pasará si Netanyahu y su gobierno se niegan a corregir el rumbo? La oposición, o cualquiera para quien el camino de este gobierno parezca peligroso, tendrá que actuar en forma de "guerrilla política" intensiva. No hay que inventar nada. La fuerte presión psicológica y física que Netanyahu y sus partidarios ejercieron sobre la coalición de Naftali Bennett y Yair Lapid fue un excelente ejemplo, especialmente si estuvo acompañada de interrupciones y cierres en la economía. Los opositores a la actual coalición tienen una enorme ventaja relativa al ser el sector más grande del público israelí que trabaja, se gana la vida y sirve.
La oposición, o cualquiera para quien el camino de este gobierno parezca peligroso, tendrá que actuar en forma de "guerrilla política" intensiva.
De ninguna manera estoy sugiriendo que la negativa a servir sea utilizada como un arma política. Está prohibido tirar al bebé junto con el agua turbia de la bañera. Pero tampoco hay que esperar a la Histadrut para llevar a cabo iniciativas voluntarias y privadas, desobediencia civil a través de interrupciones y cierres de sectores y entidades económicas y de servicios. Ya se ha demostrado que el público israelí está dotado de una creatividad maravillosa y sólo hay que utilizarla para producir, sin violencia, un cambio político que una al pueblo. Lo principal es empezar a actuar y rápido. No tenemos tiempo.
