"No estamos familiarizados con la información proporcionada por los medios de comunicación sobre la posibilidad de que Marwan Barghouti sea liberado como parte del acuerdo y exiliado a Turquía", declaró su hijo, Qassam, en una entrevista. Una semana después de su regreso de Catar, donde su familia habría discutido la posibilidad de incluir a su padre en el acuerdo con altos funcionarios de Hamás, expresó: "Somos comparativamente más optimistas. Como familia, no nos importa a dónde lo liberen, incluso puede ser a Kuala-Lumpur". Un "alto funcionario israelí" respondió a los informes de los medios de comunicación sobre el tema rápida y decididamente: "No se está discutiendo la liberación de Barghouti".
El dilema de si liberar o no a Barghouti -uno de los principales líderes de Fatah– ha sido objeto de debate durante más de dos décadas, y ha recibido una mayor atención desde el 7 de octubre, ya que parecen crecer las posibilidades de su liberación como parte de un acuerdo para la liberación de prisioneros de seguridad a cambio de rehenes israelíes retenidos en Gaza.
A lo largo de los años, se ha argumentado en la política y los medios de comunicación israelíes que Barghouti es un líder con considerable influencia, y que, a pesar de su participación en ataques terroristas durante la Segunda Intifada que mataron a 5 personas –por lo que ha sido condenado a cadena perpetua– se mantiene fiel a las negociaciones de paz y se espera que busque una solución de dos estados. Otros afirman que es un "mini-Arafat", cuya lealtad radica en el militarismo, y que seguramente promoverá una lucha violenta tras su liberación.
Barghouti es a la vez un símbolo nacional y un misterio. Este líder de 65 años, que nació en Kufr Kobar, una aldea cerca de Ramallah, representa a la generación que creció en Cisjordania y la Franja de Gaza durante las décadas de 1970 y 1980, formando una alternativa desafiante para la generación fundadora encabezada por Arafat, que vino de Túnez y se hizo cargo de la Autoridad Palestina. Al igual que muchos de sus compañeros, él también conoce bien Israel, habla hebreo y ha mantenido muchas reuniones con israelíes antes de la Segunda Intifada.
El misterio radica en el hecho de que, a pesar de haber estado ausente durante más de dos décadas (casi un tercio de su vida), Marwan Barghouti sigue siendo el candidato más popular para liderar el sistema palestino. Las encuestas de opinión pública realizadas durante la última década han demostrado sistemáticamente que supera a cualquier otro candidato en cualquier escenario electoral, incluidos los representantes de Hamás. Muchos palestinos explican este extraño fenómeno afirmando que la gente admira a "Barghouti el símbolo", a pesar de no estar familiarizados con "Marwan el hombre". El público en general, y en particular la generación más joven, nacida después de haber sido encarcelado, lo ven como la epifanía de los ideales nacionales, principalmente la resistencia y el sacrificio.
3 צפייה בגלריה
Soldados de las FDI pasan junto a un mural de Marwan Barghouti.
(Nasser Shiyoukhi, AP)
Hamás es igualmente consciente del potencial que alberga Barghouti y, por lo tanto, no es de extrañar que ellos también insistan en que sea liberado. En su opinión, esto podría producir dos beneficios para la organización terrorista: establecer una imagen de la guerra impulsada por Hamás como una campaña nacional que ha llevado a logros para todos los palestinos; y el regreso al campo de juego de un querido líder que, a diferencia de la mayoría de los altos funcionarios de la Autoridad Palestina, comparte puntos de vista similares a los de Hamás y con el que se puede llegar a una reconciliación, lo que permitiría a la organización terrorista obtener una presencia muy codiciada en Cisjordania.
La Autoridad Palestina está fomentando un enfoque más ambivalente hacia Barghouti. Públicamente, sus altos funcionarios apoyan su liberación de la prisión israelí; sin embargo, en Ramallah muchos están preocupados por la posibilidad de que se convierta en un rival dominante en la carrera por el trono de Abu Mazen, y les preocupa que promueva una reconciliación con Hamás. "La liberación de Barghouti será una mala noticia para Israel, pero también para muchos de los que disfrutan de su mera presencia", comentó sardónicamente un alto funcionario de Fatah en Nablus, Hussam Khader, mientras que Fadwa, la esposa de Barghouti, eligió sus palabras con cuidado: "La propia Autoridad Palestina está interesada en la liberación de Barghouti, pero algunas partes no están tan inclinadas y no son verdaderos patriotas palestinos", señaló.
La principal preocupación de Israel sobre la posible liberación de Barghouti es que utilizará su libertad para promover la violencia. La evaluación de que lo hará se basa, entre otras cosas, en las declaraciones que ha emitido mientras estaba en prisión para glorificar la lucha armada. Su hijo, Qassam, sin embargo, dijo: "Se están asustando por nada. Mi padre es el socio definitivo de Israel, es fiel a la visión de dos Estados, ha obtenido el apoyo de todo el público palestino y puede servir como un punto de contacto estable, unificador y acordado para la parte palestina".
Aunque Israel lo niegue, Barghouti puede ser liberado y reintegrado una vez más al sistema palestino muy pronto, ya sea que se exilie en el extranjero, regrese a Cisjordania o, en el giro menos probable de los acontecimientos, termine en Gaza. Israel teme que, tras su liberación, Barghouti abogue por la violencia, al tiempo que busca la reconciliación con Hamás, lo que obligará a Israel a tomar medidas, en particular si vuelve a Cisjordania. Sin embargo, un escenario más complejo generará un segundo "dilema de Al-Golani", es decir, un intento por parte de Barghouti de parecer moderado como el actual gobernante de Siria, incluida la participación en conversaciones directas con funcionarios occidentales e israelíes, mientras los mantiene preguntándose si se trata simplemente de una cortina de humo que enmascara la visión de un extremista.
Incluso si Barghouti no es incluido en el acuerdo, se espera que afecte a la esfera palestina y, a su vez, también a Israel. Está decidido a presentarse a las elecciones presidenciales en cualquier futuro país palestino, incluso desde dentro de los muros de las prisiones. En el caso aparentemente probable de que gane, Israel estará sujeto a una fuerte presión internacional. Un acontecimiento de este tipo también podría dar lugar a protestas y confusión en el seno de la Autoridad Palestina, que se encuentra dirigida por un hombre que está siendo encarcelado por el mismo país contra el que llama a luchar a su pueblo, al tiempo que mantiene una estrecha coordinación civil y de seguridad con Israel. Ya sea desde la cárcel o desde las plazas de Ramallah, parece que el nombre de Barghouti estará en boca de ambas naciones, de Oriente Medio y de la comunidad internacional durante mucho tiempo.
(*) Director del Foro de Estudios Palestinos en el Centro Dayan de la Universidad de Tel Aviv.
