Perdónenme, gente del centro y del campo de la izquierda, pero algunas de las cimas de este campo se han descarrilado. La derecha tiene un montón de agentes del caos bien entrenados. Merecen toda la condena. De ellos nos ocuparemos más adelante. Pero nada, absolutamente nada, justifica la locura que se ha apoderado de los altos cargos del bando de los opositores a Netanyahu. Ya no se trata de "activistas de protesta", en los que también se están infiltrando tipos dudosos, incluidos trolls de carne y hueso de la izquierda antisionista. En los últimos días, éstos han sido los más antiguos de los mayores. Exprimer ministro, exjefe de gabinete y exjefe del Shin Bet.
Comencemos con Ehud Olmert, quien dijo de Benjamín Netanyahu que "su hermano fue asesinado, y la familia Netanyahu se aseguró de convertir el cuerpo de su hermano en una plataforma sobre la cual construir una carrera pública y política". El segundo es Bogie Ya'alon, quien dijo en Kol Israel que "hay información de inteligencia que aún no ha sido probada, para eso necesitamos una investigación, que el primer ministro también recibió 15 millones de dólares en 2012, y en 2018 recibió 50 millones de dólares de Catar. Hay documentos de la inteligencia emiratí". Y el tercero en el grupo es Nadav Argaman, quien envió una amenaza mafiosa al primer ministro: si Netanyahu viola la ley, él –Argaman– abrirá la boca y dirá lo que sabe sobre él.
El nivel de hostilidad hacia Netanyahu ha aumentado drásticamente. La hostilidad se convirtió en odio. Y ya no es sólo en los márgenes. El disparate de Olmert es un claro ejemplo. Netanyahu no construyó su carrera sobre el cuerpo de su hermano. Construyó su carrera política porque es un orador elocuente y carismático. En los días en que estábamos en contacto, tenía una persona de mente abierta frente a mí. Libros que nunca soñé que él supiera, descubrí que los había leído. ¿De dónde sacaba tiempo?
Cuando fue ministro de Finanzas, ignoró a la base, susurró sobre las dificultades de la coalición y tomó las medidas más impopulares para salvar la economía. Es cierto que ha cambiado. No es el mismo Netanyahu. Pero, ¿decir que construyó su carrera sobre "el cadáver de su hermano"?
Para Ya'alon, se trata del asunto Raven, sobre los pagos que Catar hizo a muchos jefes de Estado e influencers. Sobornos. Tanto Netanyahu como Avigdor Liberman figuran en la lista de destinatarios. Permítaseme admitir que quería escribir sobre el asunto. No tenía la intención de acusar a Netanyahu de aceptar sobornos de Catar, sino sólo, y exclusivamente, para el desarrollo del asunto en el mundo, tal como lo presentó el doctor Yigal Carmon, un hombre serio y jefe del instituto de investigación MEMRI. Al final, no lo publicamos, porque hay que tener cuidado. Contrariamente a las afirmaciones de Netanyahu y sus partidarios, los periódicos serios son reacios a publicar informes de investigación contra él, a menos que estén muy bien fundados. Esta no es la primera vez que Ya'alon vomita tonterías. Ya ha acusado a Israel de limpieza étnica. Si se trata de una protesta contra Netanyahu, entonces Netanyahu puede celebrar.
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Moshe "Bogie" Ya'alon, en los días que peleaba contra la reforma judicial de Netanyahu y Levin.
(Chaim Hornstein)
En un comunicado, Argaman amenazó con lo que haría en el futuro cuando pensara que Netanyahu estaba violando la ley. ¡¿Perdona?! ¿Cuál es tu nombre? ¿En virtud de qué ley se permite al jefe de los servicios secretos amenazar a un primer ministro? ¿Y cómo pueden los expatriados justificar esta amenaza? Después de todo, cada cabeza del Shin Bet tiene información jugosa. Sólo en las dictaduras se amenaza a los líderes con una pistola de información. Y si Argaman quería decir que sabía algo sobre cómo dañar al Estado, tenía el deber de actuar a través de los canales a su disposición. No ahora, en los días de severos desacuerdos políticos. Y el actual jefe del Shin Bet hizo bien en tener reservas sobre su predecesor.
Este trío es exasperante, porque hay innumerables acusaciones sustantivas contra Netanyahu. Muchos lo escribieron. También se quejaron de un fracaso estratégico que duró años. Reclamos sobre la venta de intereses nacionales a la coalición. Reclamos de daño a aquellos que sirven durante cientos de días, mientras dan más y más a los evasores ultraortodoxos. Netanyahu no es el único responsable, pero sí el principal, del concepto de alimentar a Hamás, que nos ha llevado al mayor fracaso de la historia del Estado. Para eludir su responsabilidad, Netanyahu no duda en perjudicar a quienes han dedicado toda su vida a defender el Estado. Después de todo, es él quien afirma, vergonzosamente, que una junta está trabajando en su contra en la cima del aparato de seguridad. Incluso lo llamó el "Octavo Frente". Por un lado, Hamás. Por otro lado, aquellos que dedicaron sus vidas a la defensa de Israel. Ambos, según Netanyahu, forman parte del frente en su contra. Pero el hecho de que Netanyahu esté descarrilado no justifica el descarrilamiento de un exprimer ministro, un exjefe de gabinete y ministro de Defensa, y un exjefe del Shin Bet.
Olmert, Ya'alon y Argaman decidieron hacerle un favor a Netanyahu. Porque cuando hay 100 afirmaciones, y tres de ellas son infundadas y falsas, el valor de las otras 97 también cae drásticamente. Las declaraciones de estas tres personalidades tienen un doble efecto. Tanto un deterioro en el discurso público como un regalo para Netanyahu. El odio es un mal consejero. Vuelve loca a la gente. No perjudicaron a Netanyahu, quien ha estado afirmando durante años que es víctima de persecución. Han logrado demostrar que a veces, sólo a veces, la afirmación de Netanyahu es correcta.
