El coronavirus fue la crisis global más difícil de los últimos años, pero el problema más grave que enfrenta la humanidad es sin dudas la crisis climática.
Aunque se conozca la problemática, a menudo se lo subestima o se impone la sensación de que no hay mucho por hacer al respecto. Pero diversos expertos aseguran que si no reducimos la emisión de gases de efecto invernadero provocaremos un calentamiento global sin retorno que conducirá a desastres naturales. Inundaciones, incendios o daños a la ecología y, finalmente, mayor mortalidad de hombres y animales, disminución de la calidad de vida y pobreza generalizada en países del tercer mundo.
Según estimaciones del Servicio Meteorológico de Israel, a fines de siglo la temperatura media del país aumentará 4 grados, o 2 grados en el escenario “menos severo”. Esto tendría implicancias dramáticas para el medio ambiente y para evitarlo se requieren cambios desde hoy mismo.
¿De dónde vendrá ese cambio? Construyendo un mundo mejor y más limpio. Por eso Ynet, Yedihot Ahronot y Mei Eden, la marca de agua mineral más popular de Israel, lanzan una campaña llamada “La Responsabilidad es Nuestra”, en el que instan a otras empresas del país a adoptar políticas sostenibles y responsables con el medio ambiente y la comunidad.
Es necesario reducir la emisión de gases de efecto invernadero y aumentar la eficiencia energética. El mundo necesita evitar los combustibles contaminantes y apostar por las energías renovables producidas a partir del sol, el viento y el agua.
Claro que eso no es todo: es responsabilidad de cada persona proteger el medio ambiente a través de acciones activas como el reciclaje de residuos domésticos, la reducción del uso de plástico, el reciclaje de ropa y reducción de uso del papel.
Además, las fábricas o empresas tienen la responsabilidad de implementar procesos de reciclaje, reducir el transporte contaminante y volcarse hacia procesos industriales más ecológicos y respetuosos con el medio ambiente.
La buena noticia es que estos procesos sustentables ya se están llevando a la práctica en Israel y todo el planeta. En el sector privado existe cada vez más reciclaje doméstico y muchas industrias transforman procesos físicos en digitales que permiten ahorrar energía, reutilizan residuos y excedentes de producción, disponen de electricidad a partir de energías renovables y eligen materiales que no dañan la salud; entre otras decisiones favorables al medio ambiente.
En las próximas semanas se difundirán los esfuerzos de empresas amigables con el medio ambiente y se convoca a nuevos actores corporativos para que cambien su mentalidad y se vuelvan más amables con la ecología y las generaciones futuras. De eso se trata “La responsabilidad es nuestra”. Y empieza ahora.