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En estas instituciones educativas bilingues hay tres docentes cada 15 años

Jardines de infantes bilingües: El nuevo símbolo de status para los niños en Israel

Mientras que la mayoría del mundo occidental se ocupa de que sus niños aprendan mandarín, los padres israelíes gastan miles de shequels al mes en enviar a sus hijos a jardines de infantes privados en inglés, en donde aprenden canciones de Michael Jackson y los Beatles.

Calcalistech |
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‘The Wonder school’ es uno de ellos. Se ubica en uno de los edificios históricos de Tel Aviv, y es uno de los preescolares más caros de Israel. Su valor es de 4.700 shequels (aproximadamente USD1330) al mes, y allí asisten los hijos de las familias más ricas del país.
El centro educativo tiene una inusual cantidad de staff, si se lo compara con otras instituciones públicas o privadas del país: Tres maestros para cada grupo de 15 estudiantes. El standard legal de Israel es de un docente cada 11 niños (entre 25 y 36 meses). Cada equipo está compuesto por un nativo en hebreo y dos en inglés. Los niños también son seleccionados para promover el bilingüismo, por lo que solo un tercio hablan hebreo, otro tercio solo inglés, y el resto ambos idiomas. En el pasado, estas instituciones educativas eran ocupadas por hijos de diplomáticos o residentes temporarios que se encontraban por negocios en Israel. Pero hoy muchos de los alumnos son originalmente israelíes.
‘Wonder’ acepta niños a partir de los 21 meses. Según dijo Maya Lan, quien está a cargo del instituto, a esa edad los padres ya empiezan a pensar acerca del futuro de sus hijos y las proyecciones laborales que quieren para ellos. Algunos buscan que tengan la capacidad de trabajar en el exterior o estudiar en las mejores universidades del mundo, explicó. Además, sostuvo que el hecho de ser bilingüe ayuda a los jóvenes a desarrollar la creatividad, así como a desplegar habilidades para solucionar problemas.
Dana Katz es consultora en desarrollo de negocios para una compañía con clientes globales, y envía a su hija Alma, de 3 años, a ‘Wonder’. Sostuvo que eligió esta opción ya que no cree que las escuelas públicas puedan estar al mismo nivel: “Es una cuestión de recursos”, explicó.
Katz creció en una casa en la que se hablaba inglés, ya que su madre es canadiense. “No me imaginó a mí sin esta herramienta, y se la quise dar a mi hija también”. Ahora Alma está rodeada por niños que hablan ese idioma, lo que la motiva a mejorar. “Ahora hablamos entre nosotras en inglés sin siquiera notarlo”, expresó su mamá. Además, la niña puede hablar tanto con acento británico, así como también con acento americano.
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En estas instituciones educativas bilingues hay tres docentes cada 15 años
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La elección de la institución fue debido a que “el bilingüismo ayuda a gente de diferentes contextos a conectarse, y promueve el pluralismo”, sostuvo Katz. Pero en la realidad, la situación es algo distinta. Si bien existe esa variación cultural, todos los niños tienen algo en común: la situación financiera de sus padres, quienes están determinados en brindar a sus hijos beneficios prácticos para el futuro, como pueden ser opciones de estudios académicos, oportunidades de carreras, o posibilidades para emigrar.
Cuando se le consultó a Lan acerca de la incidencia del contexto económico en el éxito de un niño, explicó que las admisiones no se realizan en base a “cuánto dinero tienen sus padres”. La recepción de los infantes se basa en “compatibilidad”. Además, explicó que hay dos becas para quienes quieran enviar a sus hijos y no puedan pagarlo. Sin embargo, no especificó cuáles son las calificaciones requeridas en los bebés para considerarlos “compatibles”.
Eli Golan es profesional del marketing y vive en Ness Ziona, ciudad al centro de Israel. Cada mañana, se traslada 45 minutos para llevar a su hija de 2 años, Ronnie, al jardín “Gan Anglit”. “Quiero que mis hijos tengan buenas habilidades con el inglés para que puedan estudiar en las mejores universidades en Estados Unidos y el Reino Unido”. Golan, cuyo hijo mayor fue también al mismo jardín, cree que los niños deben tener la posibilidad de elegir qué es lo mejor para ellos, y que el conocimiento de inglés es tan importante como las matemáticas para la vida en Israel: “El inglés tiene valor económico y social”, agregó.
Israel provee educación pública gratuita entre los 3 y los 18 años, lo que significa que estos padres pudiendo ahorrar miles de shequels al mes, eligen la opción de enviar a sus hijos a escuelas privadas porque creen que les están dando una ventaja. En algunos casos, de alguna forma también se convierte en símbolo de status.
Orian Ashor, contadora de la ciudad de Ramla, envía a su hijo Orr de 3 años a una escuela bilingüe llamada ‘ABC Learning’. “Es importante que Orr estudie inglés porque lo necesitará para todo lo que elegirá hacer en la vida”, explicó su mamá.
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Niños en clase en el jardín 'ABC Learning'
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Sapir Neumann, una arquitecta de la ciudad de Haifa, también cree que el inglés es tan importante para un niño israelí como el idioma local. Sus hijos tienen uno y dos años, y asisten a un jardín bilingüe llamado ‘Little People’. Si bien ella habla con sus hijos en hebreo, su esposo prefiere hacerlo en inglés.
El hijo mayor de Sapir ya podría ingresar a una escuela financiada por el Estado el año que viene, pero eso no pasará porque, según dijo, la educación pública no puede ofrecer las mismas ventajas. Eso lo ayudará dándole confianza, para que le vaya mejor en el futuro, explicó.
“Los padres quieren que sus hijos absorban el lenguaje desde una edad temprana”, sostuvo Reut Lev, directora de ‘Little People’. Ellos tienen aspiraciones altas y quieren que sus hijos asistan a las mejores universidades. “Nuestros estudiantes tienen menos problemas adaptándose en otros países, por lo que también ayuda a padres que están evaluando la relocalización”, agregó. En lo que respecta al nivel de inglés que los niños alcanzan, dijo que son capaces de nombrar colores y animales, y adquieren un vocabulario básico, así como también canciones: “A veces ellos cantan canciones de Michael Jackson, y los niños más grandes saben canciones de los Beatles”, afirmó Lev.
Por otra parte, mientras algunos padres dan crédito a los jardines bilingües para el éxito de sus hijos en el futuro, hay otros que son más escépticos. Una madre (que prefirió no dar su nombre), contó que su hija, a pesar de asistir a un jardín bilingüe, no habla inglés, y solo sabe algunos colores y canciones: “Tal vez porque no lo practicó en casa, pero quiero creer que ella absorberá algo y la terminará ayudando en la escuela”.
First published: 12:18, 24.07.19
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