La apertura del Festival de Cine de Jerusalem, la semana pasada, deslumbró con el gran estreno de "Golda", la aclamada creación del ganador del Oscar Guy Nattiv, protagonizada por Helen Mirren, quien estuvo presente en el estreno.
La película profundiza en la soledad de la enigmática primera ministra de Israel durante la tumultuosa Guerra de Yom Kippur. Las protestas farisaicas estallaron cuando se supo que Mirren, una actriz británica no judía, fue elegida para interpretar a Golda Meir. Este ardiente debate "judío" destaca una vez más cómo la corrección política radical puede nublar el juicio artístico. Sin embargo, tan pronto como aparece en la pantalla, Helen Mirren encarna la esencia de la controvertida primera ministra.
"Golda" se estrenó en el Festival de Berlín en febrero pasado y comienza con la primera ministra testificando ante un comité especial que investiga las fallas de los militares y el gobierno, en el período previo a la guerra.
La elección narrativa tiene algunos problemas, ya que las discusiones del comité no son el foco de la película, y el período anterior a la guerra se evita. En cambio, la película retrata a Golda como vulnerable y decidida, y destaca su influencia sobre el secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger, obligándolo a retrasar una decisión de alto el fuego, mientras come borscht en su cocina para evitar ofender a su cocinero sobreviviente del Holocausto.
Todos los demás papeles, los de altos miembros de las FDI, fueron interpretados por actores israelíes. La interacción entre ellos y el personaje de Mirren está marcada por un contraste inquietante, principalmente derivado del acento artificial que llama excesivamente la atención. Sin embargo, este acento, una mezcla de ruso y estadounidense, también sirve para subrayar el sentido de Golda de ser una extraña dentro de un marco de toma de decisiones militares dominado por hombres, donde ella es la única mujer: una presencia materna entre los soldados, registrando diligentemente el número de hijos caídos en su diario. Ella realmente encarna el papel de una madre que los envía a la muerte, y esta realidad la preocupa profundamente.
En la película de Nattiv, Golda emerge como una figura singular en un contexto histórico fundamental, liderando una nación durante una guerra que representa una amenaza existencial significativa. La película emplea primeros planos íntimos de Mirren-Golda, aislándola del entorno y profundizando en su personaje durante este período traumático.
La película, escrita por Nicholas Martin, retrata intrincadamente la dinámica entre Golda y su asistente personal, así como los intercambios sutiles y expresivos con el padre de un veterano de guerra durante las reuniones del gabinete. Las escenas más convincentes se desarrollan entre estas mujeres, ofreciendo una perspectiva femenina sobre la guerra. El paseo deliberado de Golda por la morgue, su viaje secreto para el tratamiento del cáncer durante la guerra y su persistente tabaquismo en cadena en el hospital subrayan su profunda conexión con la mortalidad.
"Golda fue extraordinariamente valiente y su compromiso con Israel fue total", expresó Mirren, haciendo una comparación con otro líder histórico, manteniéndolo en el ámbito del liderazgo femenino. "Fue un poco como interpretar a la reina Isabel I de Inglaterra, en el sentido de su compromiso con su país y con su gente", añadió.
