Ocurrió hace 35 años en al barrio Ein Keren, de Jerusalem. Una llamada alertó a la policía de que se habían escuchado disparos. Al llegar a la casa señalada se encontraron con 3 cadáveres y un herido, la madre del niño de 13 años que había asesinado a toda su familia. Leah Cohen murió también en la ambulancia, camino al hospital.
Durante meses los investigadores policiales israelíes, equipos de psiquiatras y psicólogos trataron de encontrar los motivos que llevaron a este joven pre adolescente a levantarse una noche, cargar un rifle M16, bajar a la habitación de sus padres, asesinarlos, y luego subir las escaleras y asesinar a sus dos hermanas.
Asustado, el joven apareció en la casa de unos vecinos. Primero esgrimió el móvil del robo, y luego tan sólo dijo que él lo había hecho porque una voz interna se lo ordenó. El habitante verde de su cerebro era quien había ordenado las ejecuciones. "Yo no lo hubiera hecho", dijo durante las reconstrucciones de los asesinatos.
Su relato indica toda la familia reunida vio una película (Papillon), que luego se fueron a dormir y que a eso de la 1 de la madrugada el niño despertó luego de haber soñado con una escena de la película. Se levantó, cargó el M16 que su padre (un miembro del ejército) le había enseñado a usar esa misma tarde y desencadenó la tragedia.
Muchas dudas envolvieron el caso. Por ejemplo, por qué las hermanas no bajaron inmediatamente al escuchar los disparos y fueron sorprendidas también en sus camas. Sólo una de ellas, Shira, atinó a defenderse tibiamente antes del disparo mortal.
Después de múltiples exámenes se descartó totalmente un problema mental, y el joven fue condenado a 9 años de cárcel por sus crímenes, de los cuales cumplió 6 y medio.
Lo concreto es que nunca se supo qué llevó a este joven de 13 años a asesinar a su familia, después de múltiples exámenes se descartó totalmente un problema mental, pues era plenamente consciente de los hechos. Fue condenado a nueve años de cárcel, de los cuales cumplió solamente 6 años y medio.
Llamó la atención en esos años la frialdad de este chico para relatar los hechos, participar en las reconstrucciones y aun ser llevado al cementerio para ser confrontado con la realidad de sus familiares muertos y que nunca, en esos momentos, se haya quebrado y haya llorado.
El abogado del asesino, al parecer, dice saber los motivos pero no se sabe si esto será develado en la docuserie de Netflix.