La llama abierta es la forma más antigua de cocina humana, y ahora es el concepto central de la última incorporación a la escena gastronómica de Tel Aviv.
Ubicado en el elegante Carlton Hotel, en la playa de Tel Aviv, Flame dejó su huella en la noche de apertura con una recepción sólo por invitación a la que asistieron dignatarios y embajadores israelíes, que se encontraron probando algunos sabores familiares y también nuevos.
"Realmente disfruto de la comida israelí porque lo que está sucediendo en los tiempos modernos, la gente está copiando muchos de los mejores platos en otros países, por lo que hay mucha comida israelí que es típica de la comida keniana. Especialmente la dieta mediterránea", dijo el embajador de Kenia, Samuel Thuita.
La comida en el menú va más allá de la tarifa estándar. A menudo cocinado a fuego abierto, celebra tradiciones de todo el mundo. Y todo es certificado kosher.
Los chefs fundadores del restaurante, que han cocinado y viajado por todo el mundo, querían llevar esos sabores a casa; parte del anhelo israelí por la experiencia extranjera.
Los visionarios detrás del restaurante son nombres familiares para los conocedores de comida locales, Alon Aharonovitch, Dorian Coupit e Ilya Goldmann. En la noche de apertura, encontraron una audiencia hambrienta y agradecida.
"Me encanta la cocina israelí. Quiero decir, con muchos sabores árabes y también con sabores propios, pero mezclados con Europa y algunos otros lugares", dijo el embajador japonés en Israel, Mizushima Koichi. "Esa es una cocina muy creativa e innovadora", agregó.
La prominencia de los embajadores extranjeros hizo el punto: ésta es otra forma para que el hotel, y para Tel Aviv en general, presente su rostro cosmopolita y muestre su apertura al mundo.