El famoso musical de Andrew Lloyd Webber, es una de las mayores producciones que han llegado a Tel Aviv. Un fantasma carismático, una escenografía maravillosa y las sorprendentes decisiones del director, crearon un musical que asombra a los espectadores durante dos horas y media.
Si bien los musicales internacionales que llegan a un país extranjero suelen ser más pobres que su versión original, no sucede lo mismo con esta imponente producción. El espectáculo llegó a Israel como parte de su gira internacional, que también se estará presentando en Singapur, Malasia y Abu Dhabi, entre otros.
Moshe Yosef, productor del musical en Tel Aviv, expresó que probablemente sea la puesta en escena más grande que jamás haya llegado a Israel.
En el mundo, ya la vieron más de 140 millones de espectadores en 32 años. Se han hecho más de 13.000 funciones en 172 ciudades y se tradujo a 16 idiomas.
“El Fantasma de la Ópera” está basada en la novela gótica que tiene lugar en la Ópera de Paris, y cuenta sobre el amor trágico del fantasma, a Christine, una joven cantante de ópera.
El fantasma es interpretado por el actor sudafricano Jonathan Roxmouth, carismático y de voz profunda, con fuerte presencia en el escenario. La actriz Meghan Picerno es quien se pone en la piel de Christine.
La producción proporciona una poderosa experiencia sensorial. Cada escena es un mundo creado y presentado meticulosamente, teniendo en cuenta hasta el último detalle. Desde el sótano oscuro bellamente diseñado, hasta la perfecta escena del baile de máscaras, no se ahorró ningún costo en la realización. Además, se hacen notar las elecciones originales y sorprendentes del director Harold Prince.
No es casualidad que el público aplauda de pie al final, incluso muchos permanecieron en la sala aun después de que se prendieran las luces.