En una isla del mar Báltico llamada Riems, una vez utilizada por los nazis para la investigación de armas biológicas, los científicos alemanes están desarrollando vacunas contra virus que podrían salvar vidas.
El acceso a la isla está altamente restringido.
Los científicos que trabajan allí deben someterse a duchas desinfectantes al entrar o salir de la isla, y tienen que usar trajes especiales para evitar el contagio.
Docenas de animales, incluyendo ovejas y vacas, han sido infectados deliberadamente con virus como parte de la investigación para monitorear los efectos de las enfermedades.
"Realmente somos el Alcatraz de los virus, una especie de prisión para virus", afirmó a la AFP Franz Conraths, subdirector del Instituto Friedrich Loeffler de la isla.
Ubicado al sur de la pintoresca isla de Ruegen, Riems se ha convertido en un centro global para el estudio de patógenos como la rabia, la peste porcina africana y el ébola.
Los visitantes deben someterse a controles de seguridad, y los laboratorios que poseen los virus más peligrosos, así como los establos con los animales infectados, están en el nivel de seguridad 4, el más alto en Alemania.
"Hacemos todo lo posible para garantizar que no se propaguen", expresó Conraths sobre los virus. "Eso muy importante para nuestro trabajo", añadió.
Preparándose para un brote
El Instituto Friedrich Loeffler es el centro más antiguo para el estudio de virus en el mundo. Fue fundado en 1910 por Loeffler, un pionero científico alemán.
No existe una instalación similar en Europa, aunque sí hay sitios de este tipo en Australia y Canadá.
El instituto solía estar ubicado en un sólo edificio, pero ahora se expandió a casi toda la isla, la cual tiene una longitud de 1.3 km.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el centro quedó del lado de la Alemania Oriental comunista y comenzó a desarrollar vacunas.
En la década de 1970 se construyó una represa que unió la isla al territorio de Alemania Oriental.
El gobierno ha invertido unos 300 millones de euros en el instituto desde 2008 para mejorar la infraestructura, y ahora hay 89 laboratorios y 163 establos con animales.
"Nuestra tarea más importante consiste en diseñar los preparativos para un posible brote", afirmó Conraths. El científico ejemplificó sus dichos con la peste porcina africana que se ha detectado en Europa Central, lo que genera preocupación entre los criadores de cerdos alemanes.
"Debemos estar preparados todos los días para un brote de este tipo", indicó Conraths.
Hay entre 80 y 100 animales grandes en la isla: alpacas, jabalíes, vacas, cabras y ovejas.
Los investigadores señalaron que se suele sacrificar a los animales que están muy enfermos para que no sufran.
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"Nuestra tarea más importante consiste en diseñar los preparativos para un posible brote"
(AFP)
"Hacemos nuestro mejor esfuerzo para llevar a cabo nuestra investigación sin tener que hacer pruebas en animales", destacó Martin Beer, jefe del departamento de diagnóstico del instituto.
Pero agregó que "solo infectando a un animal" los investigadores pueden averiguar por qué producen y desarrollan las enfermedades, y cómo reaccionan los animales a las mismas.
Dado que las pruebas son para vacunas que pueden salvar a millones de animales, proteger los medios de vida de los agricultores y aliviar el hambre, Beer manifestó que las pruebas estaban "justificadas".