En su restaurante de Tel Aviv, el chef Yair Yosefi añade un ingrediente mágico a su pastel estrella: la primera vainilla producida científicamente en Israel, que proporciona lo que los devotos afirman que es, quizás, el sabor más fuerte de todos los tiempos.
Vanilla Vida, una nueva empresa del sector alimentario, afirma que su proceso de curación guiado por ordenador, junto con otros métodos de cultivo de alta tecnología, permite elaborar científicamente cada lote de vainilla con un sabor específico.
"Si se entiende el metabolismo, se puede crear vainilla achocolatada, acaramelada, ahumada y amaderada, como prefieren los franceses, o muy dulce para los estadounidenses"
Oren Zilberman, CEO de Vainilla Vida
La empresa, fundada en 2020, podría resultar lucrativa, ya que produce lo que se convirtió en la especia más preciada del mundo después del azafrán.
Muchos alimentos producidos en masa, desde helados hasta batidos y hasta la leche de soja, suelen estar aromatizados con vainilla artificial, pero la auténtica, orgánica, sigue siendo costosa y codiciada.
Vanilla Vida también desarrolló invernaderos para recrear las condiciones que necesita la vainilla para florecer, pero hasta que las plantas alcancen su tamaño completo, la empresa importa vainilla fresca a su planta de procesamiento en Or Yehuda, un suburbio de Tel Aviv.
El cofundador y director general, Oren Zilberman, contó que su empresa somete el producto crudo a un proceso de envejecimiento muy controlado.
Esto, explicó, permite extraer los sabores deseados, acelerando el proceso de secado y eliminando los diversos riesgos que conlleva el secado al aire libre en entornos tropicales como Indonesia o Madagascar, grandes productores de vainilla.
"Sabemos cómo, mediante procesos de secado con distintas temperaturas, humedad y otros elementos, conseguir que la materia prima vaya de una manera determinada, para crear aromas ligeramente diferentes", manifestó Zilberman.
"Si se entiende el metabolismo, se puede crear vainilla achocolatada, acaramelada, ahumada y amaderada, como prefieren los franceses, o muy dulce para los estadounidenses", añadió.
Preguntado por la calidad de la vainilla envejecida en Israel, el chef Yosefi comentó que la prueba estaba en el pudín, dada la avalancha de pedidos de su tarta dacquoise y de su bistró, Brut.
"La gente pide 'el plato con la fruta y vainilla'", sostuvo.
"La diferencia entre otras vainillas comerciales y el producto altamente concentrado de Vainilla Vida es "el día y la noche", cerró.