"Creo que fue una bomba. Según el informe, me golpeé la cabeza y así fue como se fracturó el cráneo", recuerda a Ynet Saar Ram, comandante de pelotón de la Brigada del Cuerpo de Tanques, sobre el momento de su lesión.
"Tras dos semanas, cuando dormía en casa de mis padres, me desperté con un dolor terrible en el hombro. Volví a la cama y allí vi que estaba al revés. Desperté a mi madre, quien notó que me había mordido la lengua. En ese momento nos dimos cuenta de que tenía un ataque epiléptico", agrega.
Ram, de 28 años, del kibutz Givat HaShlosha, sirvió como comandante en la guerra de Gaza. Fue herido en la cabeza durante la batalla en la que cayó el difunto teniente coronel Salman Habaka a principios de noviembre.
Tras la incursión, le diagnosticaron una lesión en el cráneo poco después de ser evacuado al Hospital Beilinson. Dos semanas después, en medio de la noche, cuando pidió ayuda a su madre, los dos se dieron cuenta de que estaba convulsionando e inmediatamente regresó al hospital israelí.
"Me disloqué el hombro a causa de la convulsión. En Beillinson me operaron y me extirparon un trozo de cráneo, que al principio pensaron que volvería a crecer por sí solo. Ahora estoy tomando pastillas anticonvulsivas y parece que las posibilidades de que sufra algo parecido son bajos", sostiene.
"Estoy en un grupo de mayor riesgo que aquellos que no han sufrido lesiones en la cabeza, pero aquí la razón es clara. ¿Se puede desarrollar epilepsia? Sí, pero según los médicos, las posibilidades son bajas", plantea.
Por estos días, las FDI no tienen datos oficiales sobre el tema, pero algunos hospitales informan que los soldados, especialmente aquellos con lesiones en la cabeza, enfrentaron síntomas tempranos de convulsiones que a veces pueden convertirse en epilepsia. El alcance del fenómeno en esta etapa no está claro y también aparece en otros eventos traumáticos que resultan en lesiones en la cabeza, entre otros por accidentes automovilísticos, pero expertos en el campo de la neurología llaman a estar atentos al tema ya que también pueden aparecer síntomas de epilepsia meses o años después.
La epilepsia es un trastorno neurológico del sistema nervioso central y se caracteriza por una alteración de la actividad eléctrica de las células nerviosas del cerebro. Una de sus principales manifestaciones son las convulsiones, que pueden durar desde unos segundos hasta unos minutos.
La falta de capacidad para anticipar estas convulsiones puede perjudicar la calidad de vida de quienes padecen la enfermedad, principalmente por el miedo a su aparición repentina en diversas situaciones como conducir.
Hasta el momento, siete soldados que resultaron heridos en la guerra tuvieron convulsiones, y se estima que al menos algunos de ellos acabarán con epilepsia, una de cuyas consecuencias, en altas tasas, es la depresión.
La evaluación profesional es que las convulsiones son el resultado de la inflamación que se desarrolla en el cerebro después de la lesión.
"En realidad, la epilepsia se diagnostica mediante convulsiones repetidas sin un desencadenante claro. Son ataques recurrentes que no se pueden esperar y los pacientes no saben cuándo podrán estudiar, trabajar o tener hijos. La mayoría de los pacientes funcionan normalmente, pero no hay frecuencia fija para las convulsiones que pueden aparecer una vez cada dos años o mucho más", según el Dr. Felix Benninger, subdirector del departamento de neurología y especialista en epilepsia de Beillinson, que trató a Ram.
"Los diagnósticos generalmente se hacen entre los niños y a los 20 y 30 años hay una fuerte disminución de ellos. Alrededor de los 50 años hay un fuerte aumento, después de eventos como el Alzheimer o tumores que causan cambios cerebrales", plantea Benninger.
"Las lesiones durante el servicio militar y otras traumáticas en general son un factor importante en la aparición de epilepsia en este grupo de jóvenes. Desde el 7 de octubre estuve observando soldados que tienen lesión cerebral y ataques epilépticos", agrega.
"La mayoría de los pacientes que tuvieron convulsiones todavía están en tratamiento farmacológico. Hay bastantes que suspenden el tratamiento y también tienen convulsiones adicionales, y eso ya es un diagnóstico de epilepsia", añade el Dr. Benninger.
"De todos los soldados que sufrieron lesiones en la cabeza, es posible que incluso en un futuro más lejano veamos a aquellos con síntomas de ataques epilépticos, y la dificultad estará más en eso y menos en la lesión en sí", remarca, sobre lo que puede llegar a sufrir Ram.
"Alrededor del 15% al 30% de los traumatismos craneoencefálicos graves pueden provocar ataques epilépticos", cierra el médico israelí.