Mientras Elon Musk nos programa una vida en Marte, con coches automáticos y robots que nos doblarán la ropa, el futuro de la institución del matrimonio y el de la pareja monógama siguen siendo muy poco claros dado que una de cada dos parejas se divorcia, y una de cada tres decide a priori no casarse. “Creo que en el 2050 la gente seguirá casándose, pero menos”, dice el Dr. en Futurología británico Ian Pearson, un especialista que lleva 30 años prediciendo tendencias sociales y ambientales. “La gente preferirá quedarse soltera”, señala.
-¿Por qué?
-Por muchos motivos. Parte de las personas está contra el matrimonio porque se opone a la religión. Otro motivo es que la esperanza de vida está en aumento, y tendremos que redefinir la institución del matrimonio. Habrá tres clases de matrimonios: los que se lleven a cabo por la necesidad de amor y de sexo; para reproducirse y perpetuarse -criar juntos a los hijos durante 15 a 25 años-, y el que se da en la última etapa de la vida. Hacia el 2050, la gente vivirá hasta la edad de 100 años, y habrá muchas parejas de 90 años que si se casan a los 20 estarían juntas como 70 años. Se trata de un compromiso muy largo. El tiempo medio que dura un matrimonio en nuestros días oscila entre 5 y 15 años. Otra tendencia, que tal vez aún no sea relevante, será casarse con un robot. Preveo que hacia el 2050 habrá computadoras y robots con consciencia, con los que las personas tendrán una relación profunda. Y una parte de ellos querrá llevar las cosas más lejos, y ser los primeros del mundo en casarse con sus robots.
-¿Piensa que ese fenómeno se extenderá?
-No lo sé. Pienso que la gente prefiere naturalmente a otros seres humanos, aun cuando establezcan una relación emocional profunda con un robot. Y tal vez a usted le importe su robot, y la pasará mal si, por ejemplo, hay que llevarlo a reparar. Nosotros todavía pensamos en los robots como si fueran mascotas. Y ciertamente la mayoría de las personas no querrían casarse con sus mascotas. Nosotros también tenemos que reproducirnos con gente del género humano. Pero tal vez los robots ocuparán el lugar de las diversiones.
-El hecho de que robots formen parte de la vida de la pareja puede confundir a algunas personas, pero muchos de nosotros seguiremos teniendo la esperanza ingenua de “encontrar a la única persona que nos está destinada”.
-La gente seguirá buscando a alguien adecuado para cada uno, y el porcentaje de personas adecuadas será más elevado. Hace 100 años, vivíamos en pequeñas aldeas y en tribus, donde habitaban solamente entre 50 y 150 personas, y en general se elegía entre unos pocos que eran apropiados por la edad y por el sexo al que pertenecían. Cuando la tribu se amplía a diez mil millones de personas en el mundo, como pasará en el 2050, al menos diez millones de ellos serán adecuados para una persona. Encontrar “al único” o “la única” no será difícil. Lo que será complicado de encontrar entre todos ellos será al tipo de “uno” o de “una” adecuado para nosotros. En ese sentido, la inteligencia artificial (IA) nos dará un buen servicio. Nos conocerá bien, tal vez mejor de lo que nosotros nos conocemos a nosotros mismos”.
-¿En el año 2050 la IA será lo suficientemente buena?
-No será perfecta, pero sí muy buena a la hora de proponernos a personas de nuestro medio que puedan adecuarse a nosotros. Hoy en día tenemos mucha electrónica instalada en nuestras casas, sensores que pueden medir las reacciones emocionales y físicas, el pulso y otros, con objeto de a fin de monitorear nuestros sentimientos. Este es uno de los pasos más importantes que se han dado en esa dirección: hacia el año 2050, la tecnología tendrá acceso a una enorme cantidad de información sobre nosotros, y de buena calidad. Se podrán medir las reacciones emocionales, así como los niveles de estrés y de oxígeno, a través de la presión sanguínea o del contacto con la piel. Todos estos elementos son indicadores biológicos, pistas que nos dan una idea sobre las emociones. Las computadoras nos conocerán desde el punto de vista emocional, y entonces, con ayuda de la IA, se podrá encontrar al único ser adecuado para una persona determinada en el medio que la rodea.
-Supongamos que estamos en el año 2050, y que quiero tener una cita. ¿Cómo será?
-El viernes por la tarde usted seguramente comienza a pensar en la noche, y su IA la conoce muy bien. Esta seguramente podrá presentarle a todo tipo de personas adecuadas para usted, que además estén libres esa noche y vivan en la zona. Seguramente le plantearán una serie de alternativas, y podrá elegir una de ellas. Entonces, cuando usted se vista para ir a la cita, se parará frente al espejo digital y se maquillará. Será un maquillaje “inteligente” que usted sencillamente se echa a la cara y éste se acomoda apretando un botón. Y la forma en que se acomode el maquillaje puede producirse de acuerdo con las preferencias de la empresa cosmética a la que le compró los productos, según su gusto personal, o de acuerdo con las preferencias de la persona con la que va a salir. Usted podrá utilizar un espejo digital a fin de asegurarse de que se ve perfectamente bien teniendo en cuenta la persona determinada que ha elegido. Asimismo, será un maquillaje electrónico, que podrá cambiar a lo largo de la noche. Las mejillas pueden volverse más sonrojadas y el lápiz de labios se volverá rojo si se excita, por ejemplo. La IA también podrá aconsejar las prendas de ropa que se le van a sentar mejor o peor a usted, y dado que aquella los conoce a ambos en profundidad, ya sabrá a qué restaurante conviene que vayan. Se sobreentiende que también funcionará la IA de su compañero de cita, y las dos cooperarán para organizar la noche de modo que sea un éxito.
La conclusión obvia ahora es que, si los brazos muy modernos de la IA consiguen penetrar en su cerebro y saber lo que usted piensa en plena cita, en ese caso tendrán un papel clave.
“Es muy probable que en el año 2050 haya implantes que transmitan pensamientos a la cabeza, de modo que incluso mientras tengan relaciones sexuales, la IA le dirá que la persona que está con usted realmente gozará si usted hace esto o lo otro. Y dirá: ‘Intente esto’, o ‘Así no’. Es como si usted ya conociera al otro o a la otra”, explica Pearson.
“Otra tecnología que existirá hacia el año 2050 es la piel activa: pequeños componentes electrónicos que se implantarán en la piel y que permitirán grabar y vivir de nuevo sensaciones, entre estas las sexuales. Entonces, cuando su compañero la acaricie, podrá sentirlo aun cuando él se encuentre a un millón de kilómetros de distancia. Aunque su compañero no esté el fin de semana, usted se podrá conectar, y acariciarse a usted mismo/misma y tener relaciones sexuales a través de la red, por medio de la tecnología de la piel activa, de modo que la realidad virtual no quedará sólo en el terreno del oído y de la vista, sino que actuará también como experiencia sensorial. Esto ayudará en gran medida a personas que tengan una conexión emocional pero tal vez no funcionen bien desde el punto de vista sexual. Será posible mejorar la técnica, y conseguir que tengan una relación sexual extraordinaria. Y también grabar los mejores orgasmos para volver a experimentarlos otra vez cuando quieran, con la pareja o sin ella. Simplemente habrá que apretar una tecla y volverán a tener un orgasmo sensacional cada vez que quieran” agrega.
-Los millennials tienen relaciones sexuales menos frecuentes. ¿En el año 2050 la frecuencia será menor aun?
-En Londres, la gente tiene relaciones sexuales con menos frecuencia debido al fenómeno de “Me Too”. Están todos aterrados, no quieren complicarse la vida, y por supuesto está la opción de proporcionarse placer a uno mismo, por lo que hay menos necesidad de tener relaciones sexuales con otras personas. Tal vez hacia el 2050 haya un robot destinado a las relaciones sexuales con programas para ofrecernos la mejor experiencia sexual posible. De ese modo a podremos tener una experiencia sexual extraordinaria sin complicarnos en una relación con otra persona. Habrá quienes opten por no tener en absoluto relaciones sexuales con personas, sino sólo con robots. No creo que eso sea muy probable. Los robots estarán allí, pero las personas aún preferirán tener relaciones sexuales con otros seres humanos.
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"Tal vez hacia el 2050 haya un robot destinado a las relaciones sexuales".
(Ruth Guillie)
-Entonces habrá adecuación, sexo e incluso robots. ¿Y qué pasa con el amor? ¿En el 2050 la gente se seguirá casando por amor? ¿O por dinero?
-Pienso que la riqueza se convertirá en un elemento menos importante como móvil de las acciones humanas. Esto es así porque la riqueza económica aumentará en forma drástica en los próximos 20 o 30 años, y habrá más del doble de dinero que ahora. En consecuencia, la tendencia a casarse por motivos económicos se reducirá. La mayor parte de la gente que se case en el año 2050 lo hará por la fuerte relación amorosa que exista entre ellos.
-¿Cómo será la familia nuclear en el 2050?
-La tendencia en la actualidad es una familia cada vez más pequeña. En la mayoría de los países desarrollados, el promedio de nacimientos es de unos dos hijos; es como si nosotros sustituyéramos a quienes mueren. En el mundo de entonces habrá un récord de habitantes: entre 9.500 y 10.000 millones de personas, y es posible que después descienda. Pero al mismo tiempo habrá otros grupos en los que la población aumentará: la de los robots con consciencia. Los robots formarán parte de la familia, algunos vivirán con nosotros y la gente establecerá una relación emocional con ellos.
-¿Será posible al menos elegir la personalidad de los robots?
-Por supuesto. Y su personalidad se diseñará de modo que se adecue a las preferencias de usted. Uno no necesariamente querrá un robot que esté de acuerdo con usted todo el tiempo; a veces querrá que él discuta o se oponga a lo que usted piense y que sea un poco cínico. No querremos un robot que obedezca todo el tiempo, como Alexa. Por supuesto, se podrá adquirir uno que nunca discuta, pero sería terriblemente aburrido.
First published: 18:03, 11.09.19
