Daniel y Elay Cohen recibieron un regalo extraordinario para su Bar Mitzva: un modesto vehículo todoterreno, con capacidades extremas, y lo más parecido a un vehículo de carreras todoterreno. Eso es lo que podes conseguir cuando tu padre es Gilly Cohen, uno de los ingenieros de coches con más talento de Israel.
Cohen también es asesor principal de la empresa emergente REE, así como de Elta Systems, Rafael Advanced Defense Systems y Elbit Systems.
La idea original para el diseño del vehículo fue para sus hijos gemelos, Daniel y Elay, que tuvieron su primera experiencia en un ATV eléctrico. Normalmente, el siguiente paso para los niños que se adentran en el mundo de los motores, suele ser subir a una motocross, pero Gilly prefería que sus hijos condujeran en un automóvil con una jaula antivuelco que los protegiera. De ahí surgió la idea de desarrollar el vehículo todoterreno NAMI.
En principio, sus hijos iban a recibir el vehículo terminado como regalo de cumpleaños de ocho años, que es la edad mínima para conducirlo, pero el proceso de desarrollo llevó más tiempo del previsto. Las primeras pruebas de conducción tuvieron lugar este año, y su objetivo era examinar si el automóvil es adecuado para su comercialización, y no sólo como diversión familiar.
El coche pasó por muchas pruebas, como las de estabilidad en diferentes superficies, capacidad de escalada y saltos a gran altura. Y hasta ahora, recorrió nada menos que 4.000 kilómetros en diversos terrenos extremos.
Según Cohen, cuando construyó el vehículo combinó todos los conocimientos técnicos que adquirió a lo largo de los años. "La combinación de capacidades es única, con una capacidad de conducción rápida en pista, junto con una navegabilidad de alto nivel y una propulsión eléctrica eficiente y silenciosa. Y todo ello sin comprometer nada en materia de seguridad", contó Cohen.
"Mi madre siempre me recuerda lo intrépido que era de niño, y las veces que llevé todo al límite. Estas cualidades se las transmití también a mis hijos. Y por eso era importante que estuvieran seguros mientras conducían", agregó. También explicó que el coche se asienta sobre un chasis de tubos integrados que crea una jaula de seguridad según las normas, y la estructura es dos veces más fuerte que la requerida para un vehículo de carreras.
El conductor joven (o de talla pequeña) se sienta en un asiento deportivo de diseño profundo con cinco puntos de acoplamiento y con un volante extraíble.
Para el gran reto, integrar el sistema de propulsión eléctrica, Cohen comentó que eligió un sistema de propulsión limpio no sólo por razones medioambientales, sino también por la naturaleza de la fuente de alimentación, que es más eficiente que los motores de gasolina. También es más fácil calibrarlo para que funcione de forma óptima.
Pero probar la durabilidad en terrenos difíciles que incluyen polvo y barro, y calibrar el sistema de transferencia de potencia que ofrece infinidad de opciones, ya no es una cuestión de teoría, sino de largo y duro trabajo.
El sistema de propulsión incluye dos motores eléctricos, uno trasero y otro delantero, con 13,5 caballos de potencia cada uno. Cada uno de los motores impulsa las ruedas cercanas, incluyendo tracción doble con una dirección de potencia cara a cara gestionada por ordenador.
Para los aficionados a la sobremarcha, el motor delantero puede anularse, creando un modesto vehículo de tracción trasera. Los jóvenes conductores de prueba lo apreciaron especialmente al conducir por pistas rápidas.
También existe la posibilidad de controlar la intensidad de la regeneración que devuelve la energía a la batería durante una desaceleración, y también puede utilizarse como control de descenso o conducción a pedal, que detiene el vehículo cuando el conductor levanta el pie del acelerador.
Los padres preocupados podrán estar al tanto de los datos en tiempo real en una app, donde se informará de diferentes datos. Y podrán limitar la potencia y la velocidad máximas a varios niveles, hasta llegar a la desconexión total.