Prof. Erez Ben-Yosef.
Prof. Erez Ben-Yosef.
Universidad de Tel Aviv
Hachas de mano halladas en el valle de Hula, Ma'ayan Baruch y Gesher Benot Yaakov.

Un estudio con IA rastrea el origen del sílex de las herramientas antiguas

Investigadores afirman que los antiguos humanos viajaban unos 20 kilómetros por día para obtener materias primas de alta calidad para sus herramientas de piedra esenciales.

Ynet |
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¿Cuál es el origen del sílex utilizado por los antiguos humanos para fabricar, por ejemplo, hachas de mano?
Un nuevo estudio realizado sobre herramientas halladas en el valle de Hula, en el norte de Israel, identificó su firma geoquímica y localizó el origen del material mediante inteligencia artificial (IA).
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Hachas de mano halladas en el valle de Hula, Ma'ayan Baruch y Gesher Benot Yaakov.
Hachas de mano halladas en el valle de Hula, Ma'ayan Baruch y Gesher Benot Yaakov.
Hachas de mano halladas en el valle de Hula, Ma'ayan Baruch y Gesher Benot Yaakov.
(Universidad de Tel Aviv)
"Nuestros hallazgos indican que los antiguos humanos poseían capacidades sociales y cognitivas: conocían bien su entorno y los recursos disponibles, invertían grandes esfuerzos en obtener material de calidad que necesitaban, planificaban y ejecutaban viajes de larga distancia y transmitían conocimientos vitales de generación en generación", declararon los investigadores de la Universidad de Tel Aviv.
El estudio, dirigido por el Dr. Meir Finkel, del Departamento de Arqueología y Culturas del Próximo Oriente Antiguo, y el Prof. Gonen Sharon, del Colegio Académico de Tel-Hai, en colaboración con el Prof. Erez Ben-Yosef, también de la Universidad de Tel Aviv, el Dr. Oded Bar y el Dr. Yoav Ben-Dor, del Servicio Geológico de Israel, y Ofir Tirosh, de la Universidad Hebrea de Jerusalem, se publicó recientemente en la revista "Geoarchaeology."
"El valle de Hula es conocido en el mundo como un centro de yacimientos prehistóricos, habitado por los antiguos humanos hace unos 750.000 años", explicó el Dr. Finkel, atribuyendo este hecho a su ubicación en la ruta migratoria hacia el norte desde África a lo largo de la Falla del Mar Muerto, donde los antiguos humanos encontraron abundancia de agua, vegetación y vida salvaje.
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Zona de Gesher Benot Yaakov.
Zona de Gesher Benot Yaakov.
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(Universidad de Tel Aviv)
"Los antiguos residentes dejaron, entre otras cosas, miles de hachas de mano, piedras de sílex moldeadas para adaptarse a la sujeción de la mano humana que se cuentan entre las herramientas más antiguas fabricadas por el hombre", agregó.
Finkel describió las hachas como una versión antigua de la navaja suiza de bolsillo, que servían para una amplia gama de funciones, como cortar carne y excavar en busca de agua y raíces, entre otros usos.
"Se trata de herramientas universales que se utilizaron en muchos lugares del mundo antiguo, en África, Asia y Europa, a lo largo de un millón y medio de años", sostuvo.
Los investigadores trataron de identificar el origen de la materia prima utilizada para fabricar unas 3.500 hachas de mano halladas dispersas en un yacimiento y miles más en otros lugares de la zona.
"La longitud media de las hachas de mano es de más de diez centímetros y pesan unos 200 gramos cada una, pero sabemos que para fabricarlas se necesita materia prima que pesa unas cinco veces más", confesó el profesor Gonen Sharon, y añadió que mediante un simple cálculo, dedujo que para producir las miles de hachas de mano se necesitarían más de tres toneladas y media de sílex.
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Prof. Erez Ben-Yosef.
Prof. Erez Ben-Yosef.
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(Universidad de Tel Aviv)
Entonces, ¿dónde encontraron tal cantidad de sílex? Sharon explicó que en la investigación se utilizaron métodos innovadores disponibles hoy en día: análisis químicos avanzados y un algoritmo de inteligencia artificial especialmente diseñado para resolver el misterio.
Recogieron muestras de 20 hachas de mano encontradas en dos yacimientos, las molieron hasta hacerlas polvo y disolvieron el polvo en ácido en un laboratorio. A continuación, midieron las concentraciones de unos cuarenta elementos químicos diferentes en cada muestra utilizando un "espectrómetro de masas de plasma acoplado inductivamente", que permite realizar mediciones eficaces y precisas de elementos en un amplio rango de concentración, hasta la resolución de partes por billón.
Al mismo tiempo, los investigadores realizaron un estudio geológico, buscando posibles fuentes de piedra en todo el valle de Hula y sus alrededores, incluidas las rocas expuestas en Galilea y en los Altos del Golán, así como las rocas sedimentarias arrastradas al valle de Hula por el río Jordán y otros arroyos que desembocan en el valle.
Las muestras de roca recogidas de todas las fuentes potenciales también se examinaron con el espectrómetro de masas para poder compararlas y correlacionarlas con las hachas de mano.
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La IA israelí se está quedando atrás.
La IA israelí se está quedando atrás.
Inteligencia Artificial.
(Getty Images)
"El complejo proceso, que comenzó con la recogida y preparación de las muestras y terminó con el análisis químico, produjo una gran cantidad de datos para cada muestra", dijo el geólogo Dr. Yoav Ben Dor. "Para encontrar el mejor ajuste entre los artefactos y las muestras de roca, desarrollamos un algoritmo específico basado en múltiples etapas computacionales, junto con modelos de aprendizaje automático. Esto nos permitió categorizar los objetos arqueológicos basándonos en los datos de las muestras geológicas", sumó.
Finkel explicó que el proceso hizo coincidir los 20 artefactos arqueológicos con la roca local del periodo achelense hallada en Ramat Dishon, a unos 20 km al oeste de los yacimientos donde se encontraron las hachas. "También se hallaron antiguos yacimientos de talla de sílex, lo que indica que la zona sirvió de fuente de materia prima durante cientos de miles de años", planteó.
"Nuestros hallazgos demuestran claramente las elevadas capacidades cognitivas y sociales de los humanos que vivieron en el valle del Hula hace cientos de miles de años, muy probablemente Homo erectus. Con el fin de obtener las materias primas adecuadas para fabricar las imprescindibles hachas de mano, planificaban y ejecutaban viajes de hasta 20 km, que implicaban una climatología de entre 70 y 800 metros sobre el nivel del mar", señalaron los investigadores, añadiendo que los residentes prehistóricos de la zona, transmitieron estos conocimientos vitales de generación en generación, a lo largo de decenas e incluso cientos de miles de años.
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Campus de la Universidad de Tel Aviv.
Campus de la Universidad de Tel Aviv.
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(Ronen Topelberg)
"Todo esto constituye una prueba de ingenio avanzado, más allá de las estimaciones actuales sobre las capacidades de los antiguos humanos durante un periodo tan temprano", declaró el profesor Erez Ben Yosef.
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