Cientos de metros bajo tierra entre el Neguev y el Sinaí, en una de las regiones más áridas del mundo, se encuentra un acuífero extenso, un depósito de aguas subterráneas, un recuerdo de una época antigua cuando la región era mucho más húmeda y fértil.
¿Cuándo cayó toda esa lluvia en el Neguev? Un nuevo estudio realizado por científicos de Israel y otros países ha intentado responder a esta pregunta, y sus resultados arrojan luz sobre los procesos climáticos que han tenido lugar en la región durante los últimos milenios
Un acuífero se desarrolla en áreas húmedas, donde parte del agua de lluvia que cae, se infiltra en las profundidades del suelo y se acumula allí. Incluso en áreas desérticas pueden encontrarse tales acuíferos, que evolucionaron en la antigüedad cuando el clima era diferente, hace decenas o incluso cientos de miles de años, y ahora ya no se reponen.
Tal acuífero se lo conoce como "fósil", y la fecha en la que se llenó puede indicar directamente un período en el que esa área del desierto era más lluviosa, además de tener en cuenta también el cambio climático.
El acuífero fósil encontrado entre el Neguev y el Sinaí contiene cientos de kilómetros cúbicos de agua, y es la fuente principal para las comunidades de la Aravá y Nitzana.
Los intentos de indicar la fecha de formación del reservorio, han indicado un período de hace 30.000 años. Pero recientemente se ha descubierto que el método utilizado hasta ahora para establecer la fecha de aguas subterráneas, utilizando el isótopo radioactivo de carbono 14, no es exacto para este tipo de datos.
En consecuencia, los investigadores buscaron volver a medir la edad del reservorio. Para este propósito, utilizaron un nuevo método de medición capaz de medir concentraciones extremadamente mínimas de isótopos, con una precisión que antes no era posible. En lugar de trabajar con carbono 14, decidieron medir otro isótopo radiactivo del kriptón de gas noble (Kriptón-81).
A diferencia del carbono, el elemento kriptón es raro en la corteza terrestre y no puede penetrar el agua subterránea desde las rocas adyacentes, contaminando así la medición. El equipo de investigación fue dirigido por el Prof. Joseph Yahieli de la Universidad Ben-Gurion y el Servicio Geológico, y el trabajo fue dirigido por el estudiante Roy Roi. También participaron en el estudio el profesor Ayalon Adar, Avihu Burg del Servicio Geológico, Uri Dayan de la Universidad Hebrea de Jerusalem e investigadores de Estados Unidos y Suiza.
Al medir la concentración de isótopos de kriptón en el agua subterránea y combinar los resultados con la medición de la composición de isótopos de oxígeno e hidrógeno en el agua, los investigadores han descubierto que la fuente de agua en el antiguo acuífero en el Neguev es en realidad de dos períodos diferentes de humedad. Uno que ocurrió hace unos 360.000 años y el otro más joven, hace unos 20 o 30.000 años.
Curiosamente, las fechas de los dos períodos húmedos encontrados en el estudio ocurrieron en momentos en los que la órbita de la tierra alrededor del sol era más circular (excentricidad orbital baja), en comparación con otros períodos en los que se volvió un poco más elíptico. Estos cambios ocurren como resultado de cambios en las fuerzas gravitacionales ejercidas por los otros planetas del sistema solar sobre la tierra, y previamente se han relacionado con la aparición de los períodos de hielo cíclico.