Israel fortaleció su posición como actor clave en la industria espacial mundial en el Congreso Internacional de Astronáutica (IAC), celebrado la semana pasada en Milán, con una serie de nuevas asociaciones firmadas por Rakia, la misión espacial de Israel, incluidas misiones espaciales desde Hungría, y pronto con Polonia. Rakia gestiona misiones privadas, desarrolla programas de trabajo para astronautas, planes científicos, programas educativos, iniciativas artísticas y establece salas de control. Además, se están llevando a cabo conversaciones de colaboración tecnológica con Italia, conocida por su liderazgo en la construcción de futuras estaciones espaciales.
Los acuerdos firmados en la conferencia son el resultado de los continuos esfuerzos de la industria israelí para ampliar su influencia en la escena internacional. La colaboración con Hungría permitirá que un astronauta húngaro participe en una misión espacial privada, con Rakia ayudando a desarrollar contenido científico e involucrar al público, particularmente a través de la integración con el sistema educativo. Se celebraron reuniones con representantes de Polonia, que también se espera que se sume a estos esfuerzos, centrándose en el desarrollo de programas educativos relacionados con el espacio para exponer a ciudadanos a actividades científicas avanzadas en el espacio.
"Las conexiones que se están forjando aquí son muy importantes para Israel", dijo el astronauta israelí Eytan Stibbe, miembro de la tripulación de la misión AX-1 a la Estación Espacial Internacional. La misión comenzó el 8 de abril de 2022 y duró 17 días, durante los cuales se realizaron más de 140 actividades científicas, educativas y artísticas.
Tras la finalización de la misión Rakia y el regreso de Stibbe a la Tierra, el equipo de Rakia decidió continuar operando como una empresa pública para promover y desarrollar la industria espacial en Israel. Como empresa, el objetivo de Rakia es avanzar y desarrollar el ecosistema espacial de Israel, fortalecer las colaboraciones internacionales, tripular las misiones espaciales, con la filosofía de "espacio para todos".
Según Stibbe, "la industria espacial es altamente competitiva, con altas barreras de entrada. Las colaboraciones nos permiten exponer la industria israelí a las partes interesadas internacionales y compartir conocimientos y tecnología". Más allá de las colaboraciones, Stibbe señaló uno de los desafíos más importantes de la industria espacial en la actualidad: la creciente congestión en las órbitas de la Tierra. "Estamos siendo testigos de un aumento dramático en el número de satélites lanzados anualmente. En 2024, se enviaron más de 2.500 objetos al espacio, una cifra sin precedentes. Esto crea problemas de congestión y aumenta el riesgo de colisiones".
La solución radica en crear mecanismos de control similares a los utilizados en la gestión del tráfico aéreo, dice Stibbe. "El mundo tendrá que abordar la necesidad de control y gestión del tráfico espacial, al igual que gestionamos el tráfico aéreo, para evitar colisiones, en particular con desechos espaciales que ponen en peligro los satélites y las estaciones espaciales existentes".
Sin embargo, la cooperación mundial en la industria espacial, en rápido desarrollo, es clave. "Ningún país puede tener éxito solo en este campo", dice. La industria está cada vez más integrada y las colaboraciones entre gobiernos, empresas privadas y organizaciones internacionales son esenciales para resolver problemas como la gestión del tráfico espacial y la prevención de colisiones, así como para desarrollar nuevas tecnologías y reducir costos. "Israel, a pesar de su pequeño tamaño, logra integrarse significativamente en la industria espacial mundial gracias a este tipo de colaboraciones. Esto demuestra que la fuerza está en la cooperación y, a través de esfuerzos conjuntos, podemos llegar más lejos, incluso a las estrellas".
Stibbe también abordó el importante cambio que ha experimentado el campo espacial en los últimos años, especialmente en lo que respecta a los lanzamientos de astronautas. En el pasado, sólo países grandes como Estados Unidos y Rusia enviaban astronautas al espacio, pero hoy en día los países más pequeños lo están haciendo, a veces en misiones privadas. "Hemos visto cómo países como Arabia Saudita, Italia e India están enviando astronautas en misiones privadas para fortalecer su posición en la industria espacial", señaló. Esta tendencia, dice, permite que más países participen en la carrera espacial y sean parte de los desarrollos que darán forma al futuro de la humanidad en el espacio.
En el pasado, sólo países grandes como Estados Unidos y Rusia enviaban astronautas al espacio, pero hoy en día los países más pequeños lo están haciendo, a veces en misiones privadas.
Con respecto a los desafíos fisiológicos de la vida a largo plazo en el espacio, Stibbe dijo: "Hasta ahora, la mayoría de los astronautas enviados al espacio han sido jóvenes y saludables, pero en el futuro, si queremos expandirnos a otros planetas, tendremos que lidiar con una realidad diferente en la que los niños y las personas mayores podrían encontrarse en el espacio". Agregó que la investigación actual se centra en cómo funciona el cuerpo humano en microgravedad o gravedad débil y cómo los sistemas médicos y ambientales pueden adaptarse a estas condiciones.
Más allá de las preocupaciones inmediatas, Stibbe enfatizó la importancia de educar a la próxima generación para que participe en la industria espacial. "Los niños de hoy son los ingenieros e investigadores del mañana", dijo, y agregó que la exposición al espacio debe comenzar a una edad temprana a través de programas educativos que presenten no solo los desafíos tecnológicos, sino también los aspectos artísticos y filosóficos de la exploración espacial. "Necesitamos despertar la imaginación y la curiosidad de los jóvenes, y mostrarles que el espacio no es sólo un campo técnico, sino también un mundo donde hay espacio para soñar y hacer grandes preguntas sobre nuestro lugar en el universo", concluyó.