La semana pasada se registraron incidentes durante las protestas en Israel contra el primer ministro Netanyahu, luego de que una agrupación de hinchas del club Betar Jerusalem atacara a manifestantes.
“Fuimos a Jerusalem, la Ciudad Santa, para dejar en claro: si desprecian nuestros símbolos, nuestros objetos sagrados, estaremos allí para protestar. Después de todo, la protesta está permitida para todos y existe libertad de expresión. Somos los únicos hombres que quedan en este país. Hay millones de derechistas campeones del teclado, pero nosotros vamos al terreno”, escribió horas después Moshe Muthadeh, miembro de La Familia, integrante de la hinchada de uno de los equipos de fútbol más populares de Israel, que desde hace años está fuertemente identificado con ideales de extrema derecha y violencia, tanto dentro como fuera de los estadios.
Los hechos del viernes pasado eran previsibles desde que integrantes de La Familia anunciaron que tenían pensado manifestarse en Jerusalem en coincidencia con las protestas contra Netanyahu. Y el desencadenante, según afirman, es la profanación de un símbolo patrio y representativo de Betar Jerusalem: en una de las recientes marchas contra el gobierno una trabajadora social con el torso desnudo se trepó a una Menorah. “¡No vamos a quedarnos quietos! Presten atención, mugrosos izquierdistas, las reglas del juego cambiaron”, fue uno de los mensajes del movimiento.
Al día siguiente La Familia se concentró alrededor de la misma Menorah para expresar su repudio y tiempo después cumplieron con su promesa de venganza: el viernes pasado miembros del grupo atacaron a un camarógrafo del canal 13 y le arrojaron piedras a un vehículo que creían que era conducido por una persona árabe, entre otros incidentes informados por las autoridades y que observó toda la sociedad israelí. Al final de la noche había 16 ciudadanos detenidos, al menos 8 de ellos identificados con la organización. “No nos interesa Netanyahu, o las subvenciones, o el coronavirus. Pero cuando atentan contra la Menorah, símbolo de Betar y el pueblo judío, entonces se meten con nosotros”, certificó a Ynet un integrante de La Familia.
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La manifestante con el torso desnudo sobre la Menorah fue señalado por La Familia como el disparador de su reacción en las calles de Jerusalem.
(EPA)
“Un día se dieron cuenta de que tenían poder político”
La Familia, cuyo nombre está inspirado en las películas sobre la mafia italiana, nació en las tribunas de Betar Jerusalem hace 15 años. Cuenta con alrededor de mil miembros y en 2006 el club Betar Jerusalem lo reconoció como su organización oficial de aficionados, lugar que hasta ese momento ocupaban los conocidos como “La Guarida de Leones”.
Además de su apoyo al equipo de fútbol desde las gradas, rápidamente se hicieron conocidos por su odio hacia la población árabe. Así lo expresa alguna de las canciones, hoy prohibida en el estadio, que rezaba “aquí viene el equipo racista del país”. Otras estrofas y carteles racistas provocaron que Betar Jerusalem más de una vez fuera multado por las autoridades, y que La Familia fuera relacionada con los ideales de la extrema derecha israelí.
En el año de 2013 la contratación de dos jugadores chechenos musulmanes marcó un quiebre en la relación entre La Familia y Arcadi Gaydamak, entonces propietario de Betar. Se trataba de la primera vez que jugadores musulmanes iban a defender la camiseta del club y para este grupo de hinchas fue cruzar una línea roja. “Forever Pure”, cuya traducción al español es “puros por siempre”, fue una bandera que exhibió La Familia desde las gradas y es el nombre del documental de Maya Zinshtein que cuenta esta historia.
“Este hecho fue una victoria de la organización. Cuando promovieron no ir al estadio a modo de protesta no fue casi ningún hincha, inclusive aquellos que no pertenecían a La Familia. Y todos los que estaban a favor de los jugadores chechenos al año siguiente no estaban más en el club: el propietario, el presidente, el entrenador y el capitán”, resume Zinshtein sobre aquella disputa que trascendió el fútbol. “De repente se dieron cuenta que tenían poder en las gradas y también en la arena política”, agregó.
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La Familia fue reconocida en 2006 como grupo de hinchas oficial de Betar Jerusalem.
(Reuven Schwartz)
La Familia fuera del estadio
La fuerte identificación de La Familia con la derecha política israelí es conocida por todo el país debido a numerosos actos de sus miembros que no solo cruzaron las fronteras del fútbol, sino también los límites de la ley. Uno tras otro, en los últimos años es señalada como responsable de diversos episodios de violencia fuera de los estadios como el de la semana pasada.
En 2007 varios integrantes fueron arrestados por un intento de linchamiento a un hincha del Hapoel Kfar Saba. Un año después simpatizantes de Maccabi Netanya presentaron una denuncia ante la policía, alegando que miembros de "La Familia" los amenazaron con cuchillos. Y en sendas oportunidades en 2011 y 2013 fueron acusados de atacar a trabajadores árabes del estadio Teddy de Jerusalem. Sin duda, el más violento y de mayor trascendencia, fue en octubre de 2015 cuando un hincha de Hapoel Tel Aviv casi muere luego de ser impactado por un martillo en el cráneo, hecho por el que poco tiempo después 50 integrantes de La Familia fueron arrestados. El responsable del martillazo fue condenado a 10 años de prisión.
A su vez, gradualmente la participación en la arena política también empezó a crecer, como cuando La Familia se manifestó abiertamente en defensa de Elor Azaria, un soldado de las FDI acusado por ejecución extrajudicial tras disparar en la cabeza de un terrorista. Se trataba de un joven palestino que ya había sido controlado tras un intento de atentado y que yacía malherido en el suelo.
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El historial de antecedentes de La Familia incluye violencia contra hinchas de otros equipos y consignas racistas contra árabes.
(Yoav Davidkovich)
Por eso a la directora de Forever Pure no le sorprende esta reaparición de La Familia en la arena pública y política. “Después de mucho tiempo de silencio hay un despertar. La mayoría del liderazgo anterior está tras las rejas y hay una nueva generación que necesita demostrar su valor”, analiza Zinshtein y vincula esta situación a la crisis del coronavirus que hasta nuevo aviso sacó al público israelí de los estadios de fútbol. “Se alimentan de sus acciones y en medio de este vacío tiene sentido que la organización busque un lugar para destacarse. Todo el mundo habla de ellos, son el terror de la izquierda y la policía, y para ellos esa es una situación perfecta”, completa.
Zinshtein, además, descree que el desprecio a la Menorah haya sido el motivo real de la furia reciente de La Familia. “No subestimo los sentimientos de las personas hacia los símbolos, pero cuando pasó lo de los jugadores chechenos circuló un rumor de que ellos usarían la camiseta de Betar como alfombra para sus rezos musulmanes, y en ese momento ese fue el motivo del enojo”, recordó.
La defensa de La Familia
Eli Garbi, miembro de esta agrupación de hinchas, reivindicó al incidente de la Menorah como desencadenante de las recientes acciones de La Familia y también se defendió de las acusaciones históricas que recibe el movimiento que integra. “No somos una organización política ni de derecha, salimos a la calle en cuanto se metieron con el símbolo de la Menorah”, aseguró.
“Hay muchas personas tradicionalistas dentro de la organización y un desnudo en ese lugar nos molestó. ¿Qué tiene que ver eso con la protesta, la corrupción o un cambio de gobierno?”, cuestionó y agregó: “No le doy legitimidad a lo que ocurrió, fue la policía la que creó el desastre. Nos ubicamos lejos de los anarquistas y la policía nos estaba esperando”.
“Me molesta que la gente piense que somos una organización terrorista. Luché en las FDI y en la primera guerra del Líbano. ¿Terroristas? Ustedes son los terroristas que marchan con banderas palestinas”, acusó Garbi.
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La policía israelí arrestó a algunos integrantes de La Familia tras los incidentes de la semana pasada.
(Yoav Davidkovich)
