La cafetería de la Escuela de Artes Escénicas Beit Zvi sirvió a algunos de los más grandes nombres de la industria local del entretenimiento, algunos de ellos mucho antes de convertirse en actores conocidos.
En sus 60 años de existencia, la cafetería vio un amplio abanico de diferentes alumnos, sin embargo, el estudiante transgénero de 25 años Alan Walker es el primero de su clase.
Este mes, Beit Zvi presentará su producción de la clásica comedia romántica de William Shakespeare, Noche de Reyes, y el protagonista será Walker.
"Es una historia de gemelos, una chica y un chico. Después de que su barco naufrague, los dos son separados y ambos creen que el otro está muerto. Cada uno de ellos llega a un punto diferente de un país peligroso, con la certeza de que están solos en el mundo. Y entonces, para sobrevivir y protegerse, la hermana gemela decide disfrazarse de hombre", contó Walker al exponer el argumento de la obra.
Según el joven actor, no existe un paralelismo entre su transición de género y la de su personaje.
"Mi transición de género es mi propósito, no un medio para un fin. Es algo que me acompañará el resto de mi vida"
Alan Walker, actor transgénero
"La transición de género del personaje en la obra es un disfraz. Su transición es temporal y está pensada para ayudarla en una situación específica", expresó. "A diferencia del personaje, mi transición de género es mi propósito, no un medio para un fin. Es algo que me acompañará el resto de mi vida", agregó.
"Me identifico con la experiencia de los gemelos, que creen que el otro murió y, por lo tanto, pasan por una experiencia que les conmueve el alma, atraviesan una crisis de identidad. Es un poco similar a la crisis que se produce cuando la identidad de género se derrumba, y a través de ella, se forma una nueva", manifestó.
"Soy superprivilegiado porque vengo de un entorno muy aceptado, un entorno no homófobo, no violento, en el que, aunque no haya mucho conocimiento de las tendencias modernas, no me limitaron y me dieron mucha libertad. Mis antecedentes económicos también me permitieron acceder a los tratamientos", aseveró.
Walker contó que a los 17 años se dio cuenta de que su identidad de género no coincidía con la que le habían asignado al nacer.
"Me pregunté qué me hacía sentir como una chica, y la respuesta fue absolutamente nada", explicó. "Leí mucho sobre el tema en Internet, vi vídeos de personas trans, realmente me buscaba a mí mismo. A los 19 años, comuniqué mis pensamientos a mi familia y amigos cercanos. Es importante recordar que esto es un proceso continuo. La transición no empieza cuando voy al médico y me recetan testosterona, y no termina cuando termino la operación", detalló.
"El proceso de transición de género es eterno, siempre continuo... hay puntos en los que quieres echárselo en cara a todo el mundo, y hay puntos en los que quieres taparlo"
Alan Walker, actor transgénero
"El proceso de transición de género es eterno, siempre continuo... hay puntos en los que quieres echárselo en cara a todo el mundo, y hay puntos en los que quieres taparlo", remarcó.
Walker es hijo único, nacido y criado por una madre soltera en un kibbutz. Su padre, afroamericano de Cleveland (Ohio), vivió en Israel durante varios años con la comunidad hebrea israelita negra de Dimona.
"Se fue de Israel cuando yo tenía dos años, y desde entonces sólo lo vi una vez", dijo Walker. "Cuando volé a Estados Unidos con mi madre en mi viaje de Bar Mitzvah, nos pusimos en contacto con él y vinimos a visitarle... aceptó [mi transición], empezó a referirse a mí como un chico y no como una chica", sumó.
Mientras salíamos de la bulliciosa cafetería hacia un banco del jardín de la academia, le pregunte, en el contexto de un entorno más íntimo, cuál era su nombre anterior y a qué procedimientos quirúrgicos se había sometido.
Me ayudó amablemente a entender que estas preguntas podían ser percibidas como ofensivas para las personas transgénero. A pesar de su disposición a exponerse, Walker pone límites.
"Además del hecho de que el nombre que me dieron al nacer no encaja conmigo, no soy realmente yo", planteó. "Las personas trans suelen experimentar sospechas sobre su identidad por parte de otras personas. Cuando la gente te pregunta cómo te llamas, a menudo también te preguntan '¿cuál es tu verdadero nombre? Esta pregunta revela que no aceptan el cambio, por lo que puede causar enfado, malestar, angustia e incluso depresión. Me gusta mi nombre actual. En cuanto a las cirugías, no es lo que realmente te define".
"Me siento atraído por cualquier persona con la que tenga una conexión emocional. Hoy en día hay más espacio para la fluidez de género y para las personas no binarias. Me gusta dejar signos de interrogación", manifestó.
Walker considera muy importante convertirse para los demás en el modelo de conducta que nunca tuvo al crecer.
Todavía no está muy seguro de lo que quiere hacer o dónde quiere estar en el futuro, pero sí sabe que quiere "tratar con cosas que son difíciles para mí como persona, pero también difíciles de aceptar para la sociedad. Quiero estar en un lugar con gente que ofrezca puntos de vista controvertidos. Hacer cosas que me gusten, no porque tenga que hacerlo", cerró.