La sociedad israelí ha reconocido tardíamente al mayor general, Yitzhak Brik, como un “profeta de la ira” por sus advertencias sobre nuestro desastre inminente, que trágicamente fueron ignoradas. Hoy sus palabras iluminan las redes sociales, los mismos medios de comunicación que hace apenas unas semanas despreciaban sus predicciones apocalípticas hacen cola para tener la oportunidad de entrevistarlo, y los responsables de la toma de decisiones del país le consultan sobre los próximos pasos de Israel.
Desde el inicio de la guerra, Jewish Educational Media (JEM) ha estado publicando videos de archivo del Rebe, el rabino Menachem Mendel Schneerson , hablando sobre la Tierra y el Pueblo de Israel.
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El Rabino Menajem Mendel Schneerson describe con claridad los pasos que Israel debe tomar para garantizar la seguridad de sus redidentes
(Foto: Yisrael Ze'ev Goldshmidt)
En estos discursos públicos, el Rebe describe con impecable claridad los pasos prácticos que Israel debe tomar para garantizar la seguridad de sus millones de residentes, al tiempo que advierte sobre el grave peligro inherente a ciertas ideas erróneas generalizadas.
Además de sus enseñanzas públicas, las puertas del Rebe estaban abiertas para los líderes de Israel, quienes viajaban a su modesta oficina en el corazón de Brooklyn (conocida como “770”) en busca de sus consejos amorosos, visionarios y prácticos para importantes asuntos de estado. .
El Rebe fue informado en tiempo real de las discusiones más delicadas y clasificadas de Israel, al mismo tiempo que estaba íntimamente consciente del ritmo y las “pequeñas minucias” de la vida israelí. Respondiendo a las urgencias de sus distinguidos invitados, el Rebe los guiaría gentilmente a través de reevaluaciones convincentes de sus desafíos, ayudándolos a replantear muchos temas y a emerger con una perspectiva refrescante, nueva y fundamentada, y empoderados con planes de acción altamente lógicos y prácticos.
Sin embargo, a pesar de guiar a Israel con éxito en muchos de sus desafíos en educación, seguridad, economía, industria, adquisición de armas y muchos otros asuntos importantes; y aunque muchos de sus consejos de seguridad estratégica fueron implementados por los líderes israelíes tanto en tiempos de guerra como de paz, el Rebe permaneció dolido e incluso asustado por la seguridad y el bienestar de Israel, debido a una mentalidad de liderazgo y comportamientos que, según él, invitaban directamente a más terrorismo y derramamiento de sangre.
Durante la Guerra de Desgaste, mientras la administración Nixon invertía esfuerzos considerables en negociar un alto el fuego entre Israel y Egipto, el Rebe advirtió sobre los peligros de acceder a un alto el fuego, táctica, operativa y estratégicamente. Reforzaría la nueva percepción de Israel como débil y maleable, erosionaría aún más su poder disuasivo e invitaría a una nueva guerra.
El interés principal de Egipto en un alto el fuego es obtener de manera segura una posición ventajosa para su próxima guerra contra Israel, afirmó el Rebe. “Incluso antes de que se seque la tinta del acuerdo, Egipto violará los términos del alto el fuego”, advirtió el Rebe. “¿Quién sabe cuántas vidas se perderán en la próxima guerra a causa de esto?”
De hecho, el mismo día que el alto el fuego entró en vigor, los egipcios comenzaron a violar descaradamente sus términos instalando baterías avanzadas de misiles tierra-aire cerca del Canal de Suez, y nunca miraron atrás hasta que se convirtió en la mayor instalación antiaérea del mundo. Al lanzar la Guerra de Yom Kippur, los egipcios activaron estos sistemas para derribar numerosos aviones israelíes y neutralizar a la fuerza aérea de Israel para que no proporcionara cobertura aérea a las fortalezas del canal de Israel, lo que resultó en extraordinarias bajas israelíes.
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Fuerzas de las FDI en la Guerra de Desgaste
(Foto: IDFA y el Archivo del Establecimiento de Defensa )
En el verano de 1973, mientras los líderes israelíes se jactaban de que el Canal de Suez era más tranquilo que la Riviera francesa, el Rebe pidió urgentemente que los niños de todo Israel se reunieran en el Muro de los Lamentos para realizar oraciones críticas para “silenciar al enemigo y al vengador” (Salmos, 8:3), y silenciosa pero firmemente convenció a los generales retirados y en retiro de las FDI con experiencia en la guerra del 67 en su haber para que reingresaran urgentemente a las FDI porque su experiencia será “necesaria” “en la próxima guerra”.
En cuanto al temor de Golda y Dayan de alterar la opinión mundial atacando preventivamente, o incluso movilizando las reservas, el Rebe estaba fuera de sí cuando gritó que en lugar de implementar nuestro imperativo moral milenario de anticiparnos a aquellos que vienen a matarnos, la cobardía de unos pocos obligó a muchos miles a unirse a las trágicas filas de viudas y huérfanos israelíes.
Cuando, después de una milagrosa recuperación de las numerosas heridas autoinfligidas en la Guerra de Yom Kipur, Israel estaba en las afueras de Damasco, el Rebe le suplicó a Dayan que ocupara la ciudad capital, aunque fuera por un corto tiempo.
Explicó que el audaz simbolismo por sí solo fomentaría un inmenso respeto en la calle árabe, que podría aprovecharse inmediata y fácilmente para lograr una paz real y el cese del derramamiento de sangre en ambas partes, durante muchas décadas. Los repetidos intentos del Rebe por convencer a Dayan cayeron en oídos sordos; simplemente estaba demasiado débil y asustado. El Rebe advirtió dolorosamente que esto era "un grave error".
Sin embargo, en la Guerra del Líbano de 1982, el Rebe pidió a Israel que “terminara lo que había comenzado”. Con trágico dolor en su voz, argumentó: ¿Qué sentido tenía iniciar la guerra y sacrificar tantas víctimas, sólo para llegar al momento de la verdad y conformarse con resultados intermedios?
Esto no sólo hace que una futura ronda de combates sea inevitable, sino que será en condiciones mucho peores para Israel y con el costo adicional de derramamiento de sangre en ambos lados, añadió.
Después de imponer un sitio a Beirut y con las FDI finalmente a punto de destruir a la banda asesina de Arafat, Begin sucumbió una vez más a la presión externa y permitió que los terroristas fueran “exiliados” a Túnez. Denunciando el peligro que conlleva esta debilidad, el Rebe dijo que todos entienden que se trata de una artimaña para salvar las apariencias y que pronto regresarían muy reforzados para aterrorizar a la población israelí. Así que esto simplemente pospone las inevitables batallas con ellos para una fecha posterior, pero con una desventaja significativamente mayor. (Otra decisión más que desde entonces nos ha costado muchos miles de víctimas).
"El Rebe tenía una visión clara", dijo el ex jefe del Mossad, Efraim Halevy, "y nunca la abandonó ni por un momento, incluso cuando nadie estaba dispuesto a escuchar".
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"El Rebe tenía una visión clara", dijo el ex jefe del Mossad
(Foto: Yisrael Ze'ev Goldshmidt)
Una vez, cuando parecía que no había posibilidad de que nuestros líderes prestaran atención a sus advertencias sobre el peligro inminente, el Rebe compartió por qué nunca parecía dejar de alertar y exhortar: “¡En primer lugar, cuando duele, gritamos! Incluso si sabemos que gritar no aliviará el dolor [pero es visceral]. Además”, continuó el Rebe, “uno nunca se da por vencido. Quizás eventualmente haga que Israel finalmente reordene sus prioridades para priorizar la seguridad y el bienestar de sus residentes, judíos y no judíos, como lo más importante y primordial”.
Resumiendo su tiempo con el Rebe, Moshe Levy, héroe de la guerra de Yom Kippur y ganador de la Medalla al Valor, dijo: “No hablaba como un rabino; hablaba como un general”.
¿Podremos escuchar esta vez, después de sufrir una pérdida de vidas tan grande el 7 de octubre?
Moni Ender es la portavoz de la Asociación Juvenil de Jabad.
