Daniel von Weinberger es un artista único, una persona que tiene una vida original y creativa, así como un trabajo fuera de lo común. Daniel crea arte con materiales reciclados, pinturas sobre temas judíos, collares originales y variedad de técnicas. Es muy difícil encasillarlo dentro de un estilo, ya que realizó joyería, escultura, pintura entre otros trabajos. Los invitamos a conocer su trayectoria a través de este reportaje donde nos cuenta su experiencia y el detrás de escena de su arte. Aquí su página web y un reportaje en inglés para la sección de historias sobre su trayectoria.
–¿Cómo empezaste a trabajar en el arte? ¿Cómo te apasionaste por estos temas?
–Cuando nací, está en mi sangre, desde siempre, soy judío y soy un artista.
–Tu arte es un arte de vanguardia, tu arte es diverso.
–Sí, porque nunca quise ser comercial, por eso puedo hacer lo que quiera. Otra gente, cuando hace las cosas es para ganar dinero, entonces hace lo mismo. Si hago dibujos en blanco y negro y a la gente le gusta, entonces sigo haciéndolo, con un enfoque de negocios, si eso vende lo repiten.
Siempre quise ser una persona libre, está en mi sangre, hacer lo que vine a hacer a este mundo. Por eso soy tan diverso, por eso soy distinto. La mayoría de las personas quieren solo ganar dinero y lo entiendo, porque yo también en cierta forma, pero mi arte es más importante que el dinero. Es expresarme a mí mismo, es mi salud psicológica. Si no creo mi arte, me enloquezco. Pero cuando hago arte, me vuelvo loco de otra manera. Cuando creas, empiezas con una página en blanco, es un trabajo difícil porque eres tu propio jefe y tienes que ver que haces algo que te haga feliz y que supere tus límites. Es un trabajo arduo y doloroso.
Soy feliz cuando creo, me hace bajar las tensiones, el trabajo del arte es muy doloroso, pero cuando finalizas y terminas estás muy feliz con tu realización. A veces pienso, yo mismo hice esto. Ahora estoy construyendo mi ático para tener mi propio taller de arte. Hace tres años que vivo en Estados Unidos y es difícil. Cuando vivía en Europa, soy reconocido allí. Mi trabajo es sumamente distinto. Cuando realizo una exhibición, las personas están muy entusiasmadas, cuando llegan al punto de comprar no tanto. Los valores de mis obras son altos porque son piezas únicas y originales.
La última vez que conversamos, tú dijiste que hay matices, no todo es blanco o negro. No me gustan los grises. Como tú sabes me convertí en una persona religiosa, cuando tenía 33 años era una persona muy extremista en el mundo del arte. Durante los sesenta y setenta fueron los años hippies, todas las drogas, y cosas locas empezaron, inclusive en ese mundo era visto como “el judío”, tú sabes, no era practicante de Janucá, de Pesaj, no comíamos cerdo, respetábamos las tradiciones, éramos grises. Pero no me gustan los grises, porque pienso que, si todo el mundo es gris, y necesitas ese gris, pero soy un artista extremo y un judío extremamente religioso. No estoy diciendo que tú tienes que hacer lo mismo que yo.
Tali Akuka y Andre Madera realizan reportajes internacionales sobre historias interesantes, innovadoras y fuera de lo común así como sobre gastronomía y viajes en Ecoturismo Mundo. Los invitamos a ver aquí el reportaje completo en formato de video en inglés.
–¿Cómo fue ser un judío dentro de ese mundo? Sabes que la gente suele poner etiquetas, tú eres esto, tú eres aquello, o lo otro. ¿Cómo combinaste tu trabajo como profesor también, estar dentro de la religión y estar en el arte? Me dijiste que siempre fuiste un outsider, porque siempre seguiste tus pasiones. ¿Y cómo es ser un artista en el mundo judío?
–Cuando retorné a mis raíces, a mi alma, fue muy duro para mí porque era una persona muy especial en el mundo del arte. Después estudié la Torá y lo interrumpí para crear arte judío, pero luego de diez años entré en una depresión porque no era feliz.
En mi sangre, soy un artista y un judío, entonces el lado del artista tiene que salir afuera. El arte judío fue grato, pero no suficiente para mí. Tenía que controlar a mis monstruos internos, no sé si me sigues. Pienso que como soy un judío siempre voy a hacer arte judío, porque mi arte es un arte con alma y es diferente de una persona que no es judía, o de otra persona judía, es también diferente.
Cada uno tiene un alma de Helokai, nosotros los judíos estamos conectados completamente a Hashem (Nota de la periodista: se refiere a la conexión con Dios). Como todos los artistas judíos como Bob Dylan, Leonard Cohen, el cantante canadiense, y todos estos artistas judíos que tienen un alma en lo que hacen.
Tuve que aprender esto. 10 años estuve haciendo este tipo de arte de Simjá Torá pero luego decidí enfocarme en otro tipo de arte, lo que me sale de adentro mío. No fue fácil hacerlo porque estaba casado, y tenía hijos. Mi arte es como mi amante. El arte es mi vida.
–¿Cómo es combinar la vida religiosa con el arte? Creciste en Europa, en Bélgica y luego te mudaste a Estados Unidos. ¿Cómo es la combinación entre la vida familiar, los sueños, los proyectos? Sé que tu familia es muy importante para ti.
–Empecé con el arte judío, pero después de 10 años necesitaba algo más que me complete. Y luego comencé a hacer, no me acuerdo qué, cuando hacia mi arte en el mundo que no era judío, era muy extraño, también era un arte muy judío, con el Rebe, con el mashiaj (Nota de la periodista: se refiere al mesías - en el mundo goi, entre los judíos se suelen referir con esta palabra a los que no son judíos) estaba exponiendo todo eso, haciendo trabajos sobre mashiaj.
–¿Qué comentaba la gente en la exhibición sobre tu trabajo? Es algo que no conocían, es como que abriste el judaísmo a la gente que no es judía, y pueden saber más sobre el judaísmo, a través de tu arte, en estos años.
–Hacía un arte muy extremo, por eso me buscaban para ser profesor, una vez que vine con la kipá (Nota de la periodista: kipá es el pequeño gorro que usan los varones sobre su cabeza para recordar que Dios está por encima de los hombres) me miraban como un extraño. Y luego en aquellos años me trataban de sacar, eran muy antisemitas, en las escuelas querían que me vaya, como en la inquisición, realmente, como en la Rusia comunista, no estoy exagerando. Estoy hablando de Europa, de Bélgica, donde el antisemitismo es tan fuerte, desde los árabes, desde los intelectuales, desde los directores de la escuela, de los gois, los “tolerantes”.
–Por eso te consulto, hablo de este mundo del arte, donde la mayoría suele ser de izquierda y tolerante, tú entiendes a qué me refiero.
–Lo sé …
–Y tú nunca cambiaste tu forma de ser, o como eras. Para ser otro o para ser como los otros. La mayoría de los artistas son vistos como outsiders – fuera del sistema- pero tú no eras parte de lo mismo. Tú siempre conservaste tu esencia, en el mundo del arte, en el mundo judío, no ibas con la mayoría. Siento que tienes un rol.
–Si estas en los grises no puedes hacer eso, solo si estas en los blancos o negros puedes hacer eso. Tienes que ser un soldado. Fue difícil, porque tenía Iom Kipur, Pesaj y como me pueden dar los días libres, como profesor tienes dos meses de vacaciones en el verano y dos semanas para las de invierno, dos días para las Pascuas, yo vine y les planteo soy judío religioso, y quiero tener las vacaciones que corresponden, entonces estaban furiosos, querían echarme.
Me hicieron cosas terribles para que me vaya y no podía dejar el trabajo en la escuela porque no soy un hombre de negocios, o dar mi arte sólo por dinero. Porque de lo contrario pierdo mi cordura. La revista Best Mashiaj muchas veces me entrevistó, hiceron una entrevista sobre mí de diez páginas, cada año voy a pedir una bendición al Rebe de Luvabitch, y cada año recibo bendiciones. Cada año tengo otro niño, necesito el dinero y no es que gano una fortuna. Mi esposa estaba ocupada con los niños, no soy rico ni tengo ahorros, porque no quiero sucumbir sólo por dinero. Esto fue muy dificil. Por las berajot del Rebe (Nota de la periodista: se refiere a las bendiciones que se piden al rabino Menajem Mendel Schneerson conocido como el Rebe de Lubavitch) todo este tiempo lo hice bien.
En cierto momento, los últimos años la nueva directora me dijo que si trabajaba todos los días treinta minutos más podía tener los días para las fiestas judías, fue fácil. Fue tan antisemita, me querían afuera. Los últimos cuatro años que trabajé era más simple, trabajaba horas extra y tenía las vacaciones por las festividades, desde el principio podían haberlo hecho.
Hashem (Nota de la periodista: se refiere al nombre de Dios en hebreo) quería que luchara, una guerra para ver qué tan serio era con él. Iba con mis tzizim (Nota de la periodista: flecos que usan los judíos para recordar los mandamientos de la biblia) en cierto momento vestido de negro, con mi bandeja del mashiaj, le pregunté a mi mashpia (Nota de la periodista: se refiere a un mentor espiritual). Los judíos cuando no iba a Jabad, pensaban que era un loco.
–Tú también eres como único dentro del mundo judío ortodoxo. Tu arte se exhibe en desfiles de moda, en contextos de vanguardia, no sólo en contextos judíos.
–En Jabad Lubavitch hay diversidad de personas y el resto de la gente es muy cerrada. Una vez estuve en un periódico muy importante, con fotos, videos, entrevistas. Mis hijas fueron a Bells School –en Estados Unidos–, que es una escuela para los jasidistas (nota de la periodista: se refiere a una rama del judaísmo). La maestra que no era judía se dirigió a la dirección del colegio judío para mostrarle el diario y la entrevista que me habían realizado, para que vean que salí en el diario con otras mujeres.
Lo más gracioso es que el director es mi sobrino y todos estaban muy enojados. Pero hice esas fotografías para una película , dentro de mi casa con mi esposa al lado, con la gente vestida de negro y con mis collares, mis hijos en la casa y lo hice en un contexto de recato y según las leyes de la Halajá (Nota de la periodista: se refiere a las leyes judías sobre cómo comportarse). Mi esposa les preparó galletas para la producción, no había nada malo o incorrecto allí. Cuando hago mi arte, siempre sigo las reglas de la hospitalidad para dar la bienvenida, la ley judía de shuljan arroj (se refiere a leyes sobre cómo recibir invitados, la frase es mesa larga en hebreo) no soy un sabio pero intento.
Trato de ser un buen artista, una buena persona, un buen judío. Amo la Halajá –leyes judías– me encantan. No digo a los demás lo que tienen que hacer, sino viene de mi. Es mi trabajo ser extremo con Hashem. Por ejemplo, Ivanka Trump, en Shabbat va a inauguraciones, sabes. Hace un show de que es judía, tienes que ser embajador de Hashem, cuando aprendes acerca de la Torá. Soy muy extremo con las reglas de kasher, y en mi arte también soy muy extremo.
–Puedes definir tu arte… y primero a ti mismo.
–Voy a dar una respuesta muy estúpida, primero soy un ser humano y cuando las personas me preguntan qué tipo de arte hago…quieren escuchar dibujos, contesto hago de todo y es así yo hago de todo. Soy un artista y hago todo tipo de arte.
–Siento que tu creación de collares es como un juego… impactas directo con tus creaciones, tus collares no son clásicos…son algo que viene de tu cabeza y estallas con tu arte. Por eso en los desfiles de moda quieren tus piezas y son únicas. Cuando hiciste arte judío tampoco era arte tradicional.
–Lo que estoy haciendo ahora es de Lego… cuando vamos de vacaciones a Florida cada año voy con mis nietos por sus cumpleaños a Legoland –el mundo de Lego– saben que amo los Legos. Por ejemplo, conseguí platos de colores hechos en Argentina, los traje de Córdoba, la mayoría de plásticos Made in China y éstos son argentinos.
–Muéstranos tu arte desde adentro por favor. ¿Qué estas haciendo ahora en tu trabajo?
–Es un lío mi taller de trabajo, aquí están mis colores, mis Legos, estoy trabajando en un libro de colores de regalo para mis nietos, estos son mis materiales que traigo de cada lugar que viajo.
Empecé desde muy temprana edad a estudiar en la escuela de arte con joyería clásica en oro y plata. Estudié en Jerusalem una técnica de esmaltado, no estaban contentos conmigo y aún no era religioso, hacía piezas innovadoras.
–¿Cuál es tu objetivo con tu arte en Estados Unidos?
– Vine aquí porque mi nieto más grande, uno de los mellizos murió hace cuatro años en una esquina, tuvo un accidente de autos. Planeamos mudarnos a Israel, todos nuestros papeles estaban listos para hacer aliá. Durante diez años queríamos vender la casa y comprar una en Israel pero es tan caro o las casas eran muy pequeñas. En Estados Unidos en lo relativo al arte, el contexto es muy malo.
–Pensé que era muy bueno para el mundo del arte y la vanguardia
–Tuve dos exhibiciones aquí, pienso por qué tengo que perseguir gente, hice mucho en mi vida, no me importa mucho este tipo de exposiciones comerciales. Estoy construyendo mi propio museo en la parte de arriba de mi casa en el ático. Es un sitio muy simple, la idea es tener un espacio propio donde pueda exhibir mi arte.
(*) Periodista - Ecoturismo Mundo
First published: 21:24, 02.03.25