Salman Zarka, director nacional del Proyecto Coronavirus de Israel, contó este lunes que, aunque todavía se desconoce la gravedad de la nueva variante del COVID-19 que se detectó recientemente en el país, no se espera que se reintroduzca pronto un mandato del uso de mascarilla en espacios públicos y cerrados.
El Ministerio de Salud israelí anunció que entre los viajeros que regresaron recientemente a Israel se identificaron tres casos positivos de la nueva subvariante, uno de ellos importado de la India y los otros dos de Francia.
Zarka declaró a Ynet que la última subvariante de Omicron BA.2.75 no parece ser más peligrosa que las cepas anteriores. "No es lógico que se obligue al público a hacer estas cosas en esta situación", comentó Zarka refiriéndose a las posibles restricciones sanitarias, y añadió que la propagación de la BA. 2,75 es "similar a las demás variantes".
"La hipótesis de trabajo es que hay más casos en Israel que los tres que descubrimos, pero aún es demasiado pronto para decir si esta subvariante será la más común en las próximas semanas", planteó Zarka. "Por ahora seguimos en la onda de la cepa BA.5. Así es nuestra vida: hay nuevas variantes, y nos enfrentaremos a ellas mientras seguimos con nuestra vida", añadió.
El profesor Zarka también manifestó que, aunque actualmente hay 430 pacientes con coronavirus en estado grave en Israel, "en los últimos diez días hay signos que indican que la propagación está disminuyendo" y remarcó: "Creemos que estamos en camino de salir de la ola actual".
Luego añadió que, en caso de que surjan más oleadas del virus, sería posible superarlas sin restricciones para el público. "Este es totalmente nuestro objetivo: que la vida continúe mientras protegemos a los que están en peligro", dijo. No obstante, Zarka advirtió de la posibilidad de que se produzca otra ola de infecciones masivas en el próximo invierno. "Evaluaremos profesionalmente si recomendamos que todo el público reciba la quinta dosis de la vacuna", señaló.