Pasaron más de 20 años desde que el Zoológico Bíblico de Jerusalem decidió abrir un programa de terapia asistida por animales, como herramienta esencial para ayudar a niños y adultos que atraviesan problemas físicos, mentales, sociales y emocionales.
La terapia animal se incorporó a la terapia ocupacional, la recreación terapéutica, la fisioterapia e incluso en hogares de ancianos gracias a sus comprobados beneficios para reducir la ansiedad, bajar la presión arterial y mejorar la calidad de vida en líneas generales.
“Las experiencias con los animales se quedan con los participantes mucho más allá del tiempo que pasan en el zoológico. Los asistentes internalizan sensaciones de éxito, empatía, y la capacidad de brindar la misma calidez que reciben de los animales”, comentó uno de los encargados del proyecto.
Más de 500 niños y adultos con diferentes discapacidades y necesidades especiales visitan el zoológico una vez por semana para recibir terapia con asistencia de animales, en compañía de terapeutas profesionales que pertenecen al staff del zoológico. VeeVee Merlin-Knopp, coordinadora del programa, contó que la mayoría de los participantes son niños en edad escolar, de los cuales el 95% proviene del sistema de educación especial de Israel, y destacó los diversos orígenes culturales de los asistentes: “Judíos y árabes, ortodoxos y seculares”, enumeró.
Más de 500 niños y adultos con diferentes discapacidades y necesidades especiales visitan el zoológico una vez por semana para recibir terapia con asistencia de animales, en compañía de terapeutas profesionales que pertenecen al staff del zoológico.
La sesión terapéutica consiste en interactuar con los animales de diferentes maneras, ya sea alimentando a osos y patos, o acariciando a jirafas y elefantes. “El simple hecho de hacer eso ya es terapéutico”, explica Merlin-Knopp sobre la búsqueda de experiencias positivas dentro del zoológico “con el objetivo de ayudar a resolver problemas, como en cualquier otra terapia que busca mejorar vidas”.
La coordinadora destacó que cuidar a los animales genera sentido de responsabilidad y que la sensación de los asistentes al ser aceptados por los animales es un gran apoyo terapéutico para niños que no tienen un hogar. “Es un programa maravilloso, muy especial”, indicó.